El entrenador de Boca paró al equipo titular con esa formación táctica. La idea es rodear mejor a Riquelme y aprovechar a Martínez. ¿Te gusta?
“Sé que Carlos va a buscar cambios el año que viene”, nos decía el presidente Daniel Angelici a finales del 2013. La pretemporada 2014 ya arrancó y esto se cumplió: Bianchi empezó una serie de cambios el equipo.
La primera evidencia fue el entrenamiento del domingo pasado. El DT armó el primer ensayo de fútbol y paró un esquema 4-4-2, el habitual cuando no estuvo Riquelme. Pero luego sacó a Joel Acosta, metió a un enganche juvenil (Luciano Acosta) y le dio otro rol a Juan Manuel Martínez: fue carrilero.
Así, la formación se paró en un 4-2-3-1. Este mismo planteo táctico usó el entrenador en la práctica de hoy. No solo los titulares, sino también los suplentes y los combinados de juveniles que los enfrentaron tuvieron este esquema. El cambio parece tratar de imponerse en todos los aspectos.
Las ventajas del 4-2-3-1: rodea mejor a Riquelme y no lo obliga tanto al desgaste físico; aprovecha las condiciones de Martínez de desequilibrar por la banda; favorece a las subidas de Juan Sánchez Miño; y da más seguridad defensiva, ya que la línea cuenta con dos volantes de contención bien cerca.
“Muy bueno, buena mañana”, les dijo el “Virrey” a sus jugadores luego del primer ensayo. Al parecer, se fue conforme. Está claro que esto es solo una prueba de pretemporada y nada indica que así se pare el equipo en el semestre. Lo innegable es que Bianchi está probando cambios.
¿Te gusta el 4-2-3-1 para Boca?