Dialogamos con el “Patrón”, uno de los ídolos de la institución. Habló de su regreso al club, el presente del equipo, Bianchi, Riquelme y mucho más.

Sábado después del mediodía. La temperatura continúa el calor que comenzó el viernes por la noche, en la Cena por los cinco años de la Peña Villa Nueva en Boca de Todos. En las afueras de la ciudad, Jorge “Patrón” Bermúdez, fue el encargado de contar historias de su paso por el club, de sus vivencias, de lo que piensa en la actualidad. Típico de un asado entre amigos. Porque el mismo lo dijo: “Muchachos, yo soy uno más. Acá tienen a un amigo”.

La comida sirvió para escuchar, compartir todo lo que decía el Patrón y esperar a que se dispusiera a dar la nota. Sencillez, buen humor, sabiduría, experiencia. Eso puede ser un combo que los distinga, y explique lo que nos contestó a continuación:

-Empezamos por la pregunta que sería al final. ¿Cuándo volvés a Boca?

-Lo que pasa es que la decisión de  volver no es exclusivamente de lo que piense yo. Boca es un club muy especial, donde la política es factor determinante a la hora de definir su rumbo. Tengo la seguridad de que para mí siempre será un orgullo pensar en regresar, y poder dar, esos granitos de arena para que el club crezca y se fortalezca.

-Tu historia en Boca termina de forma injusta, con un penal errado en el último partido, pero también por temas dirigenciales, pedidos de más plata a clubes por tu pase por detrás, ¿Pudiste recomponerte de eso?

-Con la institución tengo el más profundo agradecimiento. Hay que separar las cosas y entender que las decisiones o diferencias personales, no tuvieron que ver con la decisión de no continuar con el Club. Mi sentimiento como hombre de club es felicidad y con orgullo. Si tuvo que ser mi partida en ese momento, fue porque era lo mejor. Hay que ver si fue para beneficio de volver algún día o no.  Pero yo solo tengo agradecimiento con la gente, y las ganas de volver y despedirme en la cancha de Boca siempre quedo la ilusión, pero no es una cuenta por saldar. Lo importante es el respeto, el recuerdo y lo que viví ahí. Porque me identifico con la institución, y ella con lo que yo siempre pensé de ella.

-¿Qué cosas de jugador y técnico, sobre todo, te ayudan en este rol de periodista, y qué cosas como periodista pensás que te van a servir en un futuro como técnico?

-Como hombre de fútbol, te da todas las herramientas para involucrarte en la faceta de comentarista. Y más hablando del deporte que me  apasiona disfruté,  jugué y puedo entender. Pero no basta, hay que prepararse y concientizarse de que la carrera de comentarista y periodista va más allá de saber. Hay que aprender a entender, visualizar, trasladar tus pensamientos a la opinión pública. Y el hecho de ser periodista, me ayuda para entender más el medio, conocer la idiosincrasia de los otros clubes de la Argentina, acercarme a ellas para tener experiencias, sacar conclusiones, entender lo que representa el medio argentino en lo global,  no solo con un equipo. Ver desde afuera y de forma imparcial lo que sucede en los clubes, principalmente lo de Boca. Todo te da conocimientos importantes que en el futuro los podes usar.

-¿Boca puede ser campeón? Con tantas irregularidad, y ciertos contratiempos que hicieron que Boca cambiara tanto de defensa en todo el torneo, por poner un ejemplo.

-Estamos viendo una irregularidad de todo el fútbol argentino, sobre todo de los que están arriba. No podemos decir que Boca no puede ser campeón, porque nadie marca diferencia. Boca no encontró la regularidad, por muchos factores pero los demás tampoco. Por eso hay que mantener la idea y la ilusión, pero debe mejorar muchísimo. Tiene que cambiar y replantear muchos aspectos, de desarrollo de juego, de plantilla de una titularidad que costo contar con todos los mismos en dos partidos. Tiene que haber un cambio y ojala que sea provechoso para el futuro. Ojala se pueda ser campeón, pero deportivamente nunca tuvo el rol de protagonismo y de equipo a vencer que siempre caracterizó a Boca.

“Dejamos una huella imborrable”

 No fue, ni va a ser uno más. Junto con Mauricio Serna y Oscar Córdoba, lograron marcar una época y ser los extranjeros más reconocidos en la historia de Boca, de las últimas décadas. Pero eso también fue por compartir un equipo con Juan Román Riquelme, bajo el mando de Carlos Bianchi. De ellos también habló:

-Bianchi y Riquelme. ¿Cómo los viste en estos tiempos? ¿Cómo considerás las críticas para con los dos?

-El regreso de Bianchi para mí fue una gran noticia. El desarrollo de ese regreso no fue el esperado por muchísimos factores. Carlos es un tipo muy inteligente y capaz, pero no contó con los mecanismos necesarios para hacer rendir a un plantel que tampoco estuvo a la altura de las circunstancias. La responsabilidad se comparte siempre, pero siempre todo recae en la dirección técnica. Ojalá pueda hacer que el equipo reaccione, y los jugadores acompañen a las ideas que él tenga estando a la altura.

En cuanto a Román, sigue demostrando su nivel y la calidad futbolística que siempre tiene. Físicamente no estuvo en proporción a lo que tiene que hacer para ser titular, pero sigue siendo uno de los mejores jugadores de toda la historia del fútbol. Y ojala se pueda retirar jugando su último partido en la cancha de Boca. Porque se lo merece,  sería lo más justo, y porque las cosas negativas que se hablan de él son por una prensa injusta, y no por  la persona lo que se puede determinar en realidad como  lo es por persona.

-Volvemos al principio. Boca te ha marcado tanto que llegaste siendo un cacique. Te apodaban Calarcá y acá te cambiaron el apodo, que es con el que te conocen mundialmente…

-No solamente eso sino que lo que se pudo conseguir, con el momento deportivo y personal que pude vivir acá. La experiencia y los logros, la lucha, el tesón. Haber hecho un trabajo a pulso, con dos colombianos más, entregando todo  para dejar una huella imborrable. Y  que por suerte, uno puede vivir y latir en cada momento que te podes cruzar con los hinchas que te lo recuerdan.