El delantero recordó su pasó por el Xeneize. “La presión y la adrenalina es todos los días y cuando llegaba el Superclásico era un poco más”, afirmó el ex atacante auriazul.
En una extensa entrevista con Bosterix (FM 99.1 Bahía Blanca), Antonio Barijho hizo un repaso de su vida personal y profesional haciendo foco en su estadía como jugador de Boca.
Con respecto a la época dorada, el “Chipi” se mostró contento por todo lo conseguido en ese gran equipo y puso la mirada en Carlos Bianchi:
“Teníamos un cuerpo técnico fantástico, se entrenaba duro y nadie nos regaló nada”.
“Bianchi era el entrenador correcto para dirigir a Boca por su personalidad y seguridad que transmite”.
Por otro lado, el ex delantero central se refirió a la actualidad del Xeneize y a cómo sentía vestir la camiseta azul y oro:
“El hincha de Boca se acostumbró a ser protagonista en torneos internacionales, pero hoy no se le está dando”.
“En Boca, según tu interés, podías ser héroe o villano. Es un desafío jugar ahí. O te sale todo muy o todo muy mal, no hay término medio”.
“Los que juegan contra Boca, lo preparan como una final. Cuando jugabas en Boca eran todas finales”.
Más allá de lo anterior, también hizo hincapié en el tema Riquelme-Palermo cuando ambos jugaban juntos y su relación en el vestuario:
“Me puso muy contento la carrera que hizo Riquelme por todo el esfuerzo que hizo todo este tiempo”.
“La enemistad entre Riquelme y Palermo no es como el periodismo lo dice. Es algo que instaló la prensa. A ellos le pagaban por rendimiento”.
Por otra parte, Barijho cuenta un poco acerca de su vida cotidiana y lo que logró en base a esfuerzo:
“Estoy dirigiendo la pre novena de Huracán de martes a viernes todas las tardes”.
“A mí se me simplificaba todo cuando jugaba en Boca porque la personalidad que se requiere la tenía de nacimiento”.
“Mi sueño era ser jugador profesional y no me reprocho nada porque dejé todo en la cancha”.
Para finalizar, el “Chipi” develó una anécdota de la Copa Intercontinental 2000 jugada en Japón:
“A (Luís) Figo le gritábamos “pecetero” en la final del mundo contra Real Madrid por su pase desde el Barcelona durante 30 minutos”.