En esta sección, hablamos exclusivamente de fútbol: esquemas, cambios, asociaciones y más. En esta entrega, la victoria del Xeneize en La Bombonera.
Formación inicial: los mismos once. Luego de la increíble derrota ante Racing, Arruabarrena decide darles una segunda oportunidad a sus dirigidos: repitió el equipo del jueves, con Meli y Gago como ejes del mediocampo, junto a Erbes trabajando por detrás de ambos. Adelante, Carrizo, Chávez y Calleri intentando aportar vértigo, alternándose los últimos dos el lugar como referentes de área.
Costó generar profundidad: Boca dominó casi todo el partido pero no llegó al área rival de manera tan clara como en otros partidos. Carrizo en el primer tiempo y Chávez en el segundo fueron los únicos en desequilibrar a la defensa de Quilmes, que en general estuvo bien parada.
La espalda de los centrales: sobre todo Magallán. Pasó en varias ocasiones, dos muy claras, que un pelotazo frontal o una desatención en algún pase hicieron que un jugador rival llegue a la pelota por detrás de la zaga defensiva. Hay que tener cuidado con este tipo de acciones, más aún pensando en el Superclásico: Mora sabe jugar atacando el espacio vacío.
El 1 a 0: quizás la única jugada en la que el Xeneize encontró profundidad en el complemento. Toda la jugada es de Chávez, quien hace la personal y, con poco ángulo de disparo, elige el pase atrás. Le quedó a Carrizo y el remate de “Pachi” se mete gracias al rebote en un rival.
Cerrar con dominio: ya pasó en otras ocasiones. Con el resultado a favor, a Boca le cuesta hacerse controlador total de las acciones. El rival, por obligación, va a buscar el empate y el conjunto azul y oro se repliega. Por ese tipo de cosas, Banfield le sacó dos puntos. ¿Es algo táctico o actitudinal?
Los cambios de Arruabarrena: aire al equipo. Gigliotti, Fuenzalida e Insúa en lugar de Calleri, Chávez y Carrizo. Se retrasó un poco la formación en cuanto al despliegue en el campo, el “Vasco” buscó más contención en el medio y piernas descansadas por si había que salir de contragolpe.
Para mejorar: la profundidad en ataque, la espalda de los centrales y saber cerrar los partidos con dominio del juego.