En esta sección, hablamos exclusivamente de fútbol: esquemas, cambios, asociaciones y más. En esta entrega, la derrota del Xeneize en La Bombonera.
Formación inicial: sólo las lesiones hicieron que Bianchi realice cambios. Magallán en lugar de Forlín y Zárate por Insúa. Casi la misma defensa que el semestre pasado. En el medio, la aparición de Carrizo por izquierda y el habitual parche en la derecha con Erbes. Gago y Bravo como ejes. Un 4-4-2 bien marcado, con Martínez por afuera y Gigliotti por adentro.
Equipo largo: por momentos, Carrizo era el único volante que se acercaba y combinaba con los delanteros. De hecho, así llegó la primera y única jugada clara de gol de Boca en el partido. Los mediocampistas y los atacantes estuvieron separados por varios metros y eso obligó a pases largos o excesos en los traslados.
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Mucha pérdida: el mediocampo fue algo contradictorio. En ocasiones se recuperó muy rápido y la presión fue efectiva. Pero a la hora de “limpiar” la jugada y salir, ciertas impresiciones en los pases o estiradas tenencias hicieron que se vuelva a perder el balón. Gago y Bravo quedaron expuestos en ese sentido. Una pérdida casi termina en gol de Newell’s, en el arranque del partido:
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El 1 a 0: Bernardi ve muy solo a Tévez, quien recibe libre y, ante la tibia marca, decide probar desde lejos. Hay responsabilidad de Orion, por tirarse tarde.
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Sin reacción: Boca arrinconó a su rival en el complemento, pero no generó peligro. Sólo tuvo la pelota y llegó bien hasta tres cuartos de cancha, pero no tuvo profundidad. Faltó agresividad y ganas.
Los cambios de Bianchi: cuando ya parecía que estaban llegando tarde, el “Virrey” realizó las modificaciones. Fuenzalida, Chávez y Castellani, por Carrizo, Erbes y Bravo, respectivamente. Para el DT, el partido no estaba para “Pachi”, quien era de los mejores del equipo. La formación terminó con sobrepoblación de nombres pero pocos espacios.
Para mejorar: la salida luego de un quite, la conexión entre el mediocampo y los delanteros, y la profundidad cuando se ataca.
