El volante, Matías Giménez, se negó a ir a San Lorenzo por lo que el trueque con Rivero se encuentra caído. ¿La solución? El Ciclón tendrá que buscar a otro.
Matías Giménez ya había mencionado su intención de quedarse en el club aunque tuviera que pelearla, pero la genial dirigencia azul y oro no le hizo caso y se sentó a negociar con sus pares de San Lorenzo sin que el ex Tigre supiera nada. Al enterarse de esto, el mediocampista reiteró su deseo de permanecer en Boca y rechazó la idea de marcharse al conjunto de Boedo. La única solución que destrabaría la llegada de Diego Rivero sería que se elija a otro jugador y éste acepte el intercambio.
Parece que las exigencias de Julio César Falcioni están cada vez más difíciles de llevarse a cabo. Es que el flamante director técnico de Boca soñaba con sus cuatro refuerzos de jerarquía que le aporten un salto de calidad al actual plantel y obviamente presionó para que estos llegaran antes del inicio de la pretemporada. Ahora parece que a Tandil irán los mismos 27 jugadores con los que realizó la primer práctica en el Complejo Pedro Pompilio esta semana.
Cada paso que los dirigentes avanzan en alguna de las negociaciones cuesta mucho y hoy por hoy nada está cerrado. Además de la ya mencionada complicación para la llegada de Rivero se suman las trabas de Vélez -habría exigido mucho dinero para que Leandro Somoza se vaya- y Banfield, que se niega a dejar ir a Walter Ervitti. Mucho más dificil es lo de Cvitanich quien prácticamente no tiene chances de llegar debido a la oferta de Racing.
Así las cosas todo indica que el emperador tendrá que hacer como en los clubes chicos y arreglarse con lo que tiene.