El conjunto dirigido por Óscar Washington Tabárez finalizó cuarto en el Mundial de Sudáfrica, tras caer por un ajustado 3-2 ante Alemania. ¡Felicitaciones!
Toda derrota duele, claro. No hay que ser muy inteligente para entender eso. Pero hay formas y formas de perder. Uruguay dejó todo lo que tenía en la competición futbolística más importante y estuvo al borde de subirse al podio.
No le alcanzó, es cierto, pero logró disputar los siete partidos del Mundial. Ni el más optimista de los charrúas se hubiera imaginado este final. Tuvo el partido en sus manos, cuando ganaba 2-1, pero la mala fortuna (o la maldición del pulpo del momento) quiso que el final no sea feliz.
Luego de ese trago amargo que deja el haber perdido, nace ese orgullo tanto de los jugadores, como el cuerpo técnico y los hinchas. Estos 23 hombres pueden andar con el pecho inflado, sabiendo que dejaron todo en cada pelota y más también.
Un equipo que suplió sus limitaciones futbolísticas con garra y coraje y supo hacerle frente a las potencias europeas como Francia, Holanda y Alemania. Apenas perdió dos encuentros y siempre por la mínima diferencia, habiendo transpirado la camiseta hasta el último segundo. Un ejemplo a seguir.
Párrafo aparte para su técnico, el sabio y voluntarioso Tabárez. Una persona medida, inteligente, capaz de plantear todos los partidos de forma distinta de acuerdo al rival, muy versátil. Gran parte del excelente papel de La Celeste es por su trabajo, aunque quizás él nunca se jacte de nada por su humildad enorme.
En una encuesta que está realizando la revista española Don Balón acerca de quién es el mejor técnico del Mundial, el uruguayo lidera con un 92% de los votos. Sin dudas, la gente reconoce el trabajo realizado con el conjunto charrúa.
Felicitaciones Maestro, puede tener unas vacaciones tranquilo, al igual que cada uno de sus hombres. Dignísimo final para Uruguay. Terminó de pie.