El plantel de Boca llegó a Nueva Zelanda, donde el viernes 23 jugará su último partido de la gira, ante el Wellington Phoenix. Al bajar del avión fue recibido por grupo de jóvenes que realizó el típico Haka Maorí que hacen los All Blacks antes de cada partido de rugby. Más tarde se entrenó justamente en el predio del seleccionado de rugby neozelandés.
Ni la globalización, ni las comunicaciones, ni internét. Nada de tecnología, solamente el fútbol. Eso es lo que tiene Boca para mostrar y para llegar literalmente a dar la vuelta al mundo y ser conocido en cualquier lugar del planeta. Increíble pero real, muchos imaginaban que en Oceanía solo se respiraba rugby y que el fútbol, si bien tuvo a dos representantes en la última Copa del Mundo (Australia y Nueva Zelanda), no era para nada importante. Sin embargo de la mano de Borghi y compañía la pelota redonda le ganó, por lo menos por un rato, a la ovalada y toda la atención estuvo puesta en la llegada de ese gran equipo sudamericano.
Varios jóvenes vestidos con la típica ropa de la tribu india que habitaba esas tierras en épocas lejanas se hicieron presentes en el aeropuerto y recibieron con la ya conocida danza del Haka a los futbolístas argentinos. Luego hubo tiempo para la conferencia de prensa y el entrenamiento en el predio de los All Blacks, en el cual los jugadores realizaron solamente ejercicios de recuperación tras el viaje y un poco de fútbol reducido.
Así vive Boca su pretemporada, como siempre inmenso en todas partes.