Desde el arranque, el local dominó el juego. El Xeneize, con un esquema cauteloso, lo esperó. A los 3 minutos Mauro Zárate se perdió el primero, mano a mano con Agustín Orion.
Un Emmanuel Gigliotti muy solo en la delantera debió arreglárselas para fabricar sus situaciones. A los 20 tuvo su mejor chance: Juan Sánchez Miño remató de lejos, Sebastián Sosa dio rebote, el “Puma” lo capturó pero dos veces el arquero rival tapó el gol. Milagro en el área del Fortín.
Cuando Boca mejor estaba, llegó la apertura del marcador para los de Liniers. Zárate la bajó y Daniel Díaz pasó de largo, el delantero se vio cómodo y probó desde afuera. Orion no llegó y así el conjunto azul y oro empezó abajo la tarde.
El visitante casi no tuvo respuesta en la primera parte. Solo la presión enérgica de Gigliotti, que casi le roba la pelota a Sosa en una salida desde el fondo. El equipo no encontraba la forma.
En el complemento, Carlos Bianchi mandó a sus dirigidos un poco más adelante. El Xeneize intentó transformarse en el controlador de las acciones. Por momentos lo logró y jugó en campo rival. Pero Vélez respondía de contragolpe y la defensa no podía estar desatenta.
El “Virrey” entendió que había que buscar desequilibrio y mandó a la cancha a Juan Manuel Martínez y Diego Perotti, en lugar de Diego Rivero e Emanuel Insúa, respectivamente.
Vélez, con el resultado a favor, jugó con la presión del visitante de empatar el partido. A los 36, Gigliotti ganó de arriba en un tiro libre pero el cabezazo se fue apenas por encima del travesaño.
Boca tuvo la chance de igualar en los últimos minutos, pero se le escapó. El nivel fue flojo y algo más que una derrota hubiera sido un regalo. Ahora, hay poco tiempo: el miércoles Olimpo visita La Bombonera y los tres puntos no pueden escaparse.