Hace poco más de diez meses, Boca y el Barcelona de España hicieron un acuerdo para la formación de futbolistas juveniles: los europeos le dan al club argentino la metodología de trabajo y a cambio tienen prioridad para comprar a algunos jugadores de la cantera azul y oro.
Jorge “Coqui” Raffo, el coordinador de las formativas Xeneizes, habló con Canchallena sobre el funcionamiento del proyecto. En primer lugar, contó qué tomaron del cuadro español:
“Barcelona tiene un método que nosotros aplicamos. Hay variables que se ajustan a la característica de los futbolistas, al proceso argentino, pero la línea básica se mantiene. Aumentamos los trabajos de juego asociado, de posesión del balón, de recuperación de pelota, algo que tanto le admiramos a Barcelona”.
“Tomamos lo bueno que ya tenía Boca y sumamos la metodología de Barcelona adaptada para lograr un proceso superador”.
El balance del primer año de aplicación del acuerdo:
“Es bueno, le pongo 7 puntos. Nos costó al principio hasta que los chicos se adaptaron a los cambios, pero terminamos jugando bien y siendo reconocidos por nuestros colegas y ya todos los equipos de inferiores (infantiles y de 9ª a 4ª) usan el mismo esquema”.
“En la primera parte del año, al ser cambios muy profundos, les costó a los chicos, pero en los últimos tres, cuatro meses se afianzaron esos conceptos y eran claramente visibles. Uno de los mejores reconocimientos que recibí de mis colegas es que veían esa propuesta de juego. Percibían en la cancha los ejercicios de fútbol transmitidos por Barcelona”.
Además, “Coqui” agregó:
“Boca tiene que ser protagonista, inspirarse en sus glorias como Rojitas, Maradona y Riquelme. Pero, a la hora de recuperar el balón, hay que trabajar con el esfuerzo de un equipo chico y festejar tanto la recuperación rápida como la tenencia por lapsos extensos. Eso fue lo más importante que logramos, porque implica muchas cosas”.
Consultado sobre los campeonatos logrados, que en 2011 fueron tres (Quinta, Octava y Novena) y en 2012 solo dos (Novena y 2001 de Infantiles), le restó importancia a los títulos en las divisiones formativas, y remarcó:
“Existe una pirámide selectiva. Lo que hicimos fue un recorte muy importante. Apostamos más a la calidad que a la cantidad. La casa-hogar debe ser un privilegio, tienen que estar los mejores. Pueden ser chicos del interior o de Capital. Si uno habla de 100 futbolistas, hay 15 en cada división y es muy poco probable que lleguen los 15”.
“A nosotros como institución nos preocupa que los que no llegan tengan armas para desarrollarse en la vida. Por eso, queremos sacar un chico que también sea estudioso, aplicado, disciplinado y que se pueda adaptar a la sociedad en cualquier contexto. Quienes viven en la pensión deben ir al colegio en la zona”.
Todas las categorías juveniles utilizan el esquema 4-3-3. Raffo explicó porqué se eligió ese sistema:
“No había extremos y debimos hacer una adaptación de algunos jugadores centrales o de frente de ataque. Había equipos de inferiores con dos enganches, así que los tuvimos que cambiar para que jueguen de otro modo. No es que no habrá más enganche, la idea es saber utilizar los espacios. O acaso, ¿de qué juegan Xavi, Iniesta o Messi?”.
¿El objetivo? Ambicioso:
“El objetivo final es que Boca tenga la mejor escuela de formación de futbolistas de América. Nos está empezando a pasar que vienen de otros lugares del continenete a mirar lo que estamos haciendo. El año que viene queremos lograr una enorme mejoría en el juego. Hicimos cambios muy buenos, hay que seguir trabajando para buscar la excelencia”
Por último, destacó la importancia de haber regresado a La Candela:
“El hecho de venir a la Candela, además de recuperar lo que es realmente la casa de Boca, nos permitió tener un mayor control para enmarcar en un mismo espacio la parte deportiva, educativa y la convivencia”.