Al igual que en Chaco, Boca Juniors fue efectivo y superó por 1-0 a River Plate con gol de Pablo Mouche. Con bajas y todo, el Xeneize se quedó con el último clásico de verano.
El transcurso del partido fue similar al del miércoles pasado. El conjunto dirigido por Matías Almeyda arrancó mejor, dominando el control del balón, pero sin poder penetrar en el área rival. La jugada más clara del primer cuarto de hora fue un tiro libre de Fernando Cavenaghi, que salió por encima del travesaño.
Boca, replegado, esperaba su chance. Así fue como llegó la apertura del marcador. Pablo Ledesma robó la pelota en mitad de cancha y tiró una pared con Chávez. El cordobés llegó hasta la línea de fondo y con lo justo lanzó un gran centro para Pablo Mouche, que cabeceó fuerte y abajo para dejar sin chances a Daniel Vega.
Con la moral por el piso, River salió en la búsqueda del empate, aunque sin muchas ideas. La buena labor de la zaga central de Boca ahogó una y otra vez el grito del rival, destacándose una gran salvada de Juan Manuel Insaurralde en un mano a mano con Cavenaghi. Por si fallaban los defensores Xeneizes, atrás estaba Sebastián Sosa, una garantía bajo los tres palos.
El nueve de los de Núñez volvió a tener una ocasión para definir, tras un buen centro cruzado de Carlos Sánchez desde la derecha, pero no tuvo la puntería suficiente.
Ya en el complemento, con la presencia de Gastón Sauro en lugar de Rolando Schiavi, Boca conservó el orden en la última línea, pero renunció totalmente a atacar. A pesar de ello, luego de un pelotazo desde el fondo, Pablo Mouche quedó frente a Vega, pero esta vez el arquero le ganó el duelo.
El resto del partido encontró a un River que controlaba la pelota, llegaba hasta el borde del área rival y moría en un centro o en un remate al arco totalmente desviado. Inclusive, los de Almeyda dispusieron de varios tiros libres al borde del área, aunque fallaron constantemente en la puntería.
A medida que iba pasando el tiempo y los jugadores sentían el cansancio, Julio César Falcioni fue modificando el equipo: ingresaron Nicolás Colazo, Guillermo Fernández y Sergio Araujo por Walter Erviti, Cristian Chávez y Pablo Ledesma, respectivamente.
Las escenas de Mendoza y Chaco parecían mezclarse. Si bien todos esperábamos el segundo tanto del Xeneize, este nunca llegó. Quizás esa haya sido la única diferencia entre ambos choques.
A pesar de presentar un equipo bastante alternativo Boca volvió a festejar en el clásico gracias a su eficacia y contundencia. Creó dos jugadas de riesgo y convirtió una. Golpe letal para un River sin ideas, al que no volverá a enfrentar, al menos, hasta dentro de seis meses.