Los cuartos de final del Mundial dejaron mucha tela para cortar y en estos encuentros disputados se dieron hechos de todo tipo. Particularmente en dos de ellos, el arbitraje estuvo bajo la lupa. Además de Facundo Tello, apuntado por los jugadores de Portugal, Antonio Mateu Lahoz fue otro de los que recibió críticas.
Pero, en este caso, el réferi español no recibió la aprobación de ninguno de los dos seleccionados. Por el lado de Argentina, Lionel Messi y Emiliano Martínez expresaron su malestar, mientras que en Países Bajos fue Frenkie De Jong el encargado de mirar de reojo al juez de 45 años.
“Es un buen tipo, un buen árbitro, pero aquí estaba más allá de la razón. Perdió el rumbo en la prórroga, fue realmente escandaloso. Bien podría ser que la grandeza de Lionel Messi haya influido en eso. No es culpa del árbitro, pero afectó“, expresó el volante de Barcelona, que supo compartir plantel con el capitán argentino.
Luego, el neerlandés brindó más detalles de los fallos arbitrales: “Los jugadores argentinos lo rodearon y cambió su actitud. Empezó a pitar faltas muy fáciles contra nosotros. Luuk de Jong sólo gana un cabezazo normal y hace sonar su silbato. Patean la pelota en nuestro banquillo y no le importó”.
Y no fue para menos. Con su actuación que quedará grabada en la memoria de muchos, el colegiado español escribió su nombre en la historia de los Mundiales ya que, con 18 amonestaciones, se convirtió en el réferi que más tarjetas amarillas sacó en un partido.