La bronca por la imagen que mostró Boca ante Talleres todavía dura. La poca reacción que tuvo el equipo, la nula generación de juego, el hecho de que el primer tiro al arco haya sido recién en el final del partido y el silencio del DT tras la derrota aumentan el malestar, pero sobre todo atentan contra la ilusión de cara a lo que viene.

Además, la insoportable ola de calor que se hace presente en varios lugares de la Argentina tampoco ayuda para empezar bien una semana que desembocará en el partido contra el Platense dirigido por Palermo, el domingo en la Bombonera. Y es ahí el día en donde debe producirse algo fundamental para cambiar este pálido presente futbolístico.

«Semana clave: las tres decisiones que debe tomar Ibarra en los próximos días » — Planeta Boca Juniors

Ante la falta del buen rendimiento colectivo, el Único Grande apela a las individualidades. Pasó en los dos torneos locales conseguidos durante el 2022. Por eso, el pedido es claro: tienen que jugar los que mejor están. Sobre todo si ya demostraron que no les pesa la responsabilidad de vestir la camiseta, tal es el caso de pibe Langoni.

Claro está que sería conveniente tener una identidad marcada y una idea de juego que te rescate de momentos adversos como este o que te proteja frente a cualquier derrota de turno, algo que puede darse con frecuencia en este juego. Pero por como viene la mano eso es bastante improbable que suceda.

Así como a los pibes no hay que exponerlos, también hay que “cuidar” a quienes no logran levantar el nivel, pero conservan la titularidad vaya a saber por qué razón. La teoría ya conocida de que ningún nombre será más importante que el escudo y la camiseta cobra valor cuando ocurren situaciones como la que está viviendo el último campeón. Llegó el momento de barajar y dar de nuevo para que Boca empiece a contagiar un poco más desde adentro hacia afuera, con el objetivo de devolverle algo a quienes llenan las tribunas, tanto de local como de visitante.