Boca ganaba 2-0 con tantos de Mouche y Riquelme, pero no pudo mantener el resultado y Lanús lo empató a través de Pavone y Goltz. Fue expulsado Clemente.
A Boca le costó acomodarse en los primeros minutos del encuentro. Lanús tenía la pelota y manejaba mejor la mitad de la cancha, algo que traía algunas complicaciones para el fondo del conjunto local. Después de los 10, los dirigidos por Julio César Falcioni encontraron más a Riquelme y buscando por el costado derecho comenzaron a meterse en campo rival, pero les faltaba precisión en el último pase.
La visita se jugaba a que Mario Regueiro le ganara las espaldas a Clemente Rodríguez, pero el número tres se mostraba firme en la marca. Por eso el cuadro de Gabriel Schürrer probaba de afuera, aunque sin éxito.
La primera ocasión clara del partido estuvo en la cabeza de Facundo Roncaglia, que impactó un corner enviado por Pablo Mouche. El balón se fue por arriba del travesaño.
Santiago Silva, participativo como siempre, era el delantero más buscado por los de la Ribera. Sin embargo, el uruguayo seguía sin poder mojar.
Promediando la parte inicial, las imprecisiones se hicieron constantes en Boca y por los costados la formación del Sur ponía en apuros a la última línea boquense. Diego Valeri y Regueiro, uno en cada lado, se convertían en los hombres más peligrosos de Lanús.
Luego de muchos minutos sin generar chances contra el arco de Agustín Marchesín, otra vez por un tiro de esquina, el dueño de casa se acercó al gol: peinó Roncaglia y apareció Rolando Schiavi solo, pero el portero logró controlar. Sobre los 37, Riquelme le ganó a Fritzler, envió el centro al área, Silva la dejó pasar y libre por atrás, Diego Rivero le dio de aire. Apenas afuera.
Román era el mejor jugador del partido y cuando él aparecía, había olor a gol de Boca. El diez hizo una gran jugada personal y sacó un muy buen remate desde lejos que, con una estupenda estirada, Marchesín envió al corner. De ese tiro de esquina que Mouche jugó corto para Rivero, vino el primero. El volante se la devolvió al delantero, que quiso tirar el centro pero le salió al arco y se le metió por atrás al guardavallas. Golazo para el 1-0 a los 40.
Un minuto después, una subida de Clemente, un intento fallido del autor del tanto y un rebote que le quedó al enganche para la derecha. ¿Consecuencia? 2-0.
Para completar un cierre de primer tiempo emotivo, Boca se distrajo en defensa, Carlos Araujo envió un centro al área y Mariano Pavone, con asombrosa libertad, cabeceó y descontó.
El 2-1 al final del primer tiempo dejaba el resultado abierto. Los locales sabían que en los pies de Riquelme tenían un plus incalculable, pero la defensa había mostrado distracciones que preocupaban.
Al comienzo del complemento, antes de los sesenta segundos, Mouche, de muy buenas apariciones aparte del gol, le cedió el balón a Walter Erviti, quien probó desde afuera y la pelota salió desviada. Era el primer aviso. El siete, más tarde, quedó mano a mano frente al arquero y no pudo definir cómodo.
Lanús volvió a crear peligro recién a los ocho. Pavone, solo ante Orion, obligó al portero a mandar el balón al corner. Entonces vino el empate. El ex Estudiantes salió a despejar, pero Paolo Goltz le ganó en el salto y puso el 2-2 para sorpresa de todos.
Boca estaba impreciso, no podía hilvanar jugadas de ataque y la visita, envalentonada por el gol, parecía estar más cerca de dar vuelta las acciones. Para colmo, cuando se jugaban 18 minutos, Clemente Rodríguez protestó de más y en la misma se jugada se ganó la doble amarilla (ambas por reclamar de más una falta cobrada por Pezzotta). Con uno menos, el panorama estaba cada vez más oscuro.
El equipo de Falcioni no podía salir de la desazón por la igualdad y la expulsión. Riquelme ya no tenía tanta participación y Lanús era la antítesis: tranquilo por la superioridad numérica, jugaba con el nerviosismo del local.
El último cuarto de hora dejó claro que el huésped no quiso ganarlo y se conformó con el empate, y Boca no encontró la manera de conseguir los tres puntos después de quedarse con diez. De esta forma se perdió una gran chance de quedar como único líder y el Xeneize continúa a una unidad de la cima, que ahora está en poder de Estudiantes, próximo rival del elenco boquense.
La igualdad deja más dudas que certezas, pero ahora es necesario dar vuelta la página. Se viene un juego clave el jueves ante Arsenal por la Libertadores y hay errores que no se pueden repetir.