Por rendimiento y resultados, los amistosos no fueron nada buenos. Pero hay sobradas muestras de que la hora de comenzar la competencia oficial las cosas son distintas.
Así como el verano 2011 de Boca fue muy positivo en cuanto a resultados y rendimientos (terminó invicto con tres victorias y un empate) y después se quedó afuera de la lucha por el título en el Clausura de forma prematura, también hay ejemplos de magras cosechas en los amistosos que luego fueron claramente revertidos a la hora de la verdad.
Comenzamos por el 2008. Durante el mes de julio, los dirigidos en aquel entonces por Carlos Ischia visitaron México. El primer partido, ante Tecos, dejó un pobre rendimiento e igualdad en un tanto, mientras que el segundo amistoso frente a Dorados de Culiacán también fue igualdad por el mismo score y, aunque triunfó en la definición por penales, la actuación de la formación Xeneize dejaba más dudas que certezas. Pero comenzaron los juegos oficiales y Boca se sobrepuso: se llevó la Recopa Sudamericana ante Arsenal y además consiguió el Apertura en un vibrante triangular de desempate superando a Tigre y San Lorenzo.
En el verano 2007, el rendimiento azul y oro tampoco terminó de convencer a todos. Ganó únicamente dos de los cinco amistosos veraniegos y no pudo quedarse con ningún Superclásico. Sin embargo y con un Juan Román Riquelme brillante, la formación de Miguel Ángel Russo consiguió la Copa Libertadores y peleó hasta el final el Clausura, culminando segundo con 39 unidades.
Por eso, aunque es innegable que hay cosas por corregir, pero la verdad arranca el domingo a las 18.10.