Malcom Braida llegó a Boca por pedido de Miguel Ángel Russo y este viernes tiene la oportunidad no solo de debutar con la camiseta azul y oro: también de hacerlo frente al Bayern Munich por el Mundial de Clubes 2025, ante un estadio repleto en Miami. Su historia comenzó en un pueblo de 25.000 habitantes, en Córdoba, muchos años atrás. Y podría sumar un capítulo dorado esta noche en el Hard Rock Stadium.
Nació el 17 de mayo de 1997 en Córdoba Capital y vivió en la localidad de Esquina, departamento de Río Primero, hasta sus 13 años, cuando se mudó a Colonia Caroya, un pueblo cordobés del departamento de Colón. Allí empezó su carrera en el fútbol: inició su formación en el Bochas Sport Club, donde logró sus primeros campeonatos regionales.
En alguno de esos primeros años tuvo la chance de ponerse la ropa de Boca. Fue en un campeonato realizado en Casa Amarilla, al que llegó con la Peña Beto Márcico de Jesús María. Ese fue su primer contacto con el fútbol del Xeneize, que ahora disfruta en carne propia. Lo curioso fue que gran parte de aquel tiempo fue enganche y usó la 10 de sus equipos.
La familia como principal apoyo
Sonia Tiraboschi, madre de Malcom Braida, le contó algunos detalles de la carrera del futbolista a Planeta Boca Juniors: “En 2010 quiso que lo llevarámos a una prueba en Instituto. De 2500 quedaron 2 y uno de ellos fue Malcom. Entró en las inferiores de AFA”. Desde ese momento, su padre Joaquín lo llevó todos los días al predio La Agustina, a 37 kilómetros de Colonia Caroya. Hasta que, cuando fue más grande, Malcom pudo viajar solo en colectivo “a las corridas para coordinar la práctica deportiva y el colegio secundario”.
Así inició su paso al fútbol profesional, que derivó en su debut en Instituto, su pase a Aldosivi luego de cuatro temporadas, su salto a San Lorenzo y finalmente en su llegada a Boca por pedido expreso de Russo, quien lo considera clave para el equipo que quiere armar en el Xeneize.
Su padre, empleado público, y su madre, directora de una escuela rural de nivel primario, acompañaron a Malcom Braida en este largo camino de ser futbolista. También Éric, su hermano, quien probó con el fútbol pero ahora es abogado. “Mis viejos, mi familia, hicieron un esfuerzo enorme para darme todo lo que yo necesité en todo este tiempo, como jugador y persona. Si se pudo dar lo de ser futbolista, es por ellos”, dijo Malcom alguna vez.
El origen del nombre Malcom y la “vergüenza” del futbolista, que prefirió un apodo
“A mí me avergonzó siempre decir mi nombre. Porque, además, nadie lo sabe pronunciar bien. La tuve difícil en todos lados, en el club, en la escuela… Entonces a todos le digo directamente que me llamen ‘Kako’, que es mi apodo y es más fácil”, dijo Braida en una entrevista con “La Voz” en 2017. Su madre tiene derecho a réplica: “Mis embarazos fueron complicados. Le pusimos Malcom en honor a mi ginecólogo Malcom Thomskims, que me ayudó a llegar a buen término“.
“A la mayoría siempre les costó pronunciarlo correctamente. Cuando estuvo en Instituto, había otros niños llamados Mayco y Marcos. Para evitar confusión por la dicción parecida, él decidió que lo llamaran Kako, como lo solía llamar su primo cuando era pequeño y jugaban al fútbol”, aclara Sonia.
Malcom Braida, ante la oportunidad de su carrera: jugar con Boca ante Bayern Múnich
Esta noche en el Hard Rock Stadium, una de las opciones concretar que tiene Miguel Ángel Russo para darle dinamismo al ataque de Boca es Malcom Braida. Y por eso el primer partido del refuerzo en el Xeneize podría darse nada más y nada menos que ante el Bayern Munich. Todo Colonia Caroya está pendiente de esa posibilidad. Y su familia también.
“Confío en los tiempos de Dios. Si tiene que ser, que sea. Y confío que cuando eso suceda lo hará de la mejor manera poniendo todo como siempre lo hace”, mencionó Sonia, su madre. Tras un largo camino con el fútbol como elección de vida, Braida, con toda su familia detrás, va por el sueño de aportar su granito de arena para que Boca haga historia en Miami.