Boca perdió por penales la serie de cuartos de final ante Newell’s. Jugó mucho tiempo con uno menos (fue expulsado Clemente) y supo aguantar la presión del local, que no fue superior al Xeneize en la serie. Un gran Orion no pudo ser el héroe.
Desde el comienzo se planteó un partido parejo. El local manejó la pelota y las acciones en la mayoría del tiempo, y se notaba su propuesta de liderar el juego. Maximiliano Rodríguez pudo convertir el primero tras un pelotazo que lo dejó mano a mano, pero no pudo definir, al ser molestado por Marín.
Por el lado del Xeneize, Riquelme era el más claro. El balón le llegaba poco, pero en esos casos tenía tiempo, aunque no tanto espacio. Aunque la poca movilidad de sus compañeros le imposibilitaba crear situaciones, pudo llegar a molestar a la defensa rival. Y remató una vez, a colocar: se fue cerca.
La defensa azul y oro parecía concentrada y eso se notaba. Controlaba el encuentro Newell’s, pero caía en el pelotazo porque no podía progresar más allá de tres cuartos de cancha. Y Boca se buscaba sus propias situaciones, aunque fueron contadas: Sánchez Miño rompió con un pase cruzado para Erbes, que se la bajó a Blandi al área chica. La atenta defensa le impidió al nueve convertir. No hubo mucho más en la primera parte.
Esa paridad no cambió pero algo se rompió en el complemento: de movida, un cabezazo de Blandi en el primer corner que tuvieron los de Bianchi, a los 6 minutos, no fue gol porque Casco la sacó en la línea.
Aprovechando a un inspirado Riquelme, el Xeneize tuvo otra, más clara: el enganche amagó ante la marca de un rival y sacó un remate que, otra vez, Blandi desvió con la cabeza: el travesaño le negó abrir el marcador.
Parecía que el visitante estaba cerca, pero se produjo otra rotura importante en el desarrollo del partido: Clemente reaccionó mal ante una amarilla y fue a increpar a Delfino. El árbitro se apresuró y lo expulsó. Así, el lateral arruinó lo que venía siendo una gran actuación y dejó con diez a su equipo.
El “Virrey” tuvo que mover el banco para recomponer el agujero que quedó en la defensa: Zárate ingresó por un desconsolado Blandi, que debió salir por un error de un compañero, pese a redondear una muy buena noche. Más tarde, Ribair Rodríguez reemplazo a Sánchez Miño. Y Erviti, desgastado físicamente, le dejó su lugar al “Burrito” Martínez.
El planteo fue cauteloso ante un conjunto rosarino que fue a buscar el gol de la victoria, pero no lo encontró ante una enorme defensa. Se agotó el tiempo y fue la hora de los penales.
Y fue allí, en esa lotería de los doce pasos cuando se decidió el ganador: fue Newell’s. En trece penales, erró Riquelme pero luego se redimió, Orion fue clave en los momentos importantes, y varias veces estuvo cerca de frenar otro tiro, pero no pudo. Sentenció Maximiliano Rodríguez luego de que Martínez haya fallado su segundo penal. El mal presente en el torneo local y esta eliminación en Libertadores, dejan a Boca solo con oportunidades en Copa Argentina. Antes, claro, deberá terminar dignamente su actuación en el Final. El domingo, Vélez.