Boca quiere reforzarse en este mercado de pases pensando en el Mundial de Clubes y Malcom Braida asoma como una alternativa interesante para la banda izquierda. Sin embargo, San Lorenzo no quiere desprenderse de él tan fácilmente, y menos para que el plantel del Xeneize se potencie.
No es la primera vez que el Ciclón pone trabas en las negociaciones con jugadores que interesan en Boca. El zurdo, hoy capitán del equipo, tiene una cláusula de salida de 1.2 millones de dólares pero el Xeneize está dispuesto a poner más dinero para respetar el pacto entre clubes de no ejecutar las cláusulas.
Sin embargo, desde Boedo pedirían una cifra bastante elevada, lo cual dejaría al club entre la espada y la pared. Por un lado, poner un dinero que no estaba estipulado del todo o con el que no está de acuerdo y, del otro lado, hacer que el jugador ejecute la cláusula, exponiéndose a ser juzgado por todo el fútbol argentino.
Todo está por verse en esta semana, pero si hay algo que ha ocurrido históricamente son estos problemas en cuanto a las negociaciones. Los casos más recientes fueron primero Juan Ramírez en 2021 y luego Agustín Martegani en 2024.
Ya hubo problemas: los dos jugadores que San Lorenzo no quería venderle a Boca
Para 2021, Juan Ramírez era una de las figuras de un San Lorenzo que no atravesaba una buena situación. Varios DTs llegaban y se iban por malos resultados y era bastante difícil conformar un 11 que compitiera en los distintos frentes.
El zurdo, que había sido compañero de Riquelme en Argentinos Juniors, llamó la atención de Boca e iniciaron charlas con su entorno para traerlo. Al mismo tiempo, el Ciclón tenía una deuda con él y por su deseo de pasar al Xeneize dejó de aparecer entre los concentrados.
¿Cómo terminó la historia? San Lorenzo le rescindió el vínculo pero acordó con Boca para que absorbieran la deuda que tenían con el futbolista. En principio se había rumoreado que llegaba con el pase en su poder, pero esto no fue así ya que se terminaron pagando cerca de 3 millones de dólares por él.
El último caso fue el de Agustín Martegani, quien había estado un año en Italia cedido a préstamo y a quien no iban a tener en cuenta cuando volvió. El Xeneize inició charlas, ofreció un monto por el pase y luego Marcelo Moretti intervino para pedir más dinero.
Esto provocó cierta indignación en Boca y la negociación empezó a dilatarse. Luego, el futbolista pidió que le pusieran la número 12 en su espalda, ya con cierto tono irónico de querer irse. Después de un tenso tire y afloje el club de la ribera pagó 2.5 millones de dólares por el pase del volante zurdo.
¿Y Russo? La postura de San Lorenzo para dejarlo ir a Boca
Miguel Ángel Russo levantó a San Lorenzo de una situación complicada en 2024 y lo llevó a semifinales del Apertura 2025. Boca se lo llevó y, enterados de esto, en el Ciclón le pidieron que pagara los meses que le faltaban cobrar de su contrato. Como al mismo tiempo le debían dinero, Miguelo arregló pagar 350 mil dólares en todo concepto para romper el vínculo y llegar al Xeneize.