Jesús Méndez se consolidó en el equipo titular de Boca, aunque llegar a esta chance no le fue sencillo. Regresó a mitad de año de un préstamo en Rosario Central y su anterior etapa en el club no había sido buena. En diálogo con Clarín, el mendocino admitió que creía que iba a tener que buscar otro destino, pero Carlos Bianchi lo convenció de quedarse a luchar por un puesto:
“No pensé que me iba a poder quedar en Boca. Las cosas me habían salido muy mal en la etapa anterior y eso jugó mucho en mi cabeza”.
“Por suerte, ni bien llegué, hablé con Carlos y cambió todo. Me dijo que me iba a tener en cuenta y que quería que fuera una parte importante del equipo. Entonces, me decidí a jugármela de nuevo acá”.
“No es solamente una revancha el domingo. Es demostrarme a mí mismo que puedo. En el día a día. Que soy capaz de esto. Me quiero superar, ya que tuve una carrera muy costosa. Esa es la mentalidad que tengo hoy en día. Es una pelea constante”.
Sostuvo que ahora sobrelleva mucho mejor que antes lo que genera el club Xeneize:
“Ahora es distinto. Estoy más grande y mucho más maduro. En mi etapa anterior las cosas me salieron mal. No tenía la confianza que tengo ahora y no le encontraba la vuelta”.
“Esto es un día a día. Ahora estoy disfrutando mucho. Incluso de las pequeñas cosas. Mi etapa anterior no la disfrutaba. Y vivo pensando en ser feliz todos los días”.
Resaltó la trascendencia del entrenador en este momento de su carrera:
“El técnico que tengo ahora me dio la confianza que necesitaba. Si hasta juego en una posición en la que nunca lo hice y creo que lo estoy cumpliendo bien. Eso es impagable. Antes, la cosa era distinta. Y cuando todo viene mal, cada golpe es más duro”.
“En la etapa de (Julio César) Falcioni, yo estuve seis meses parado. Corría solo, entrenaba solo, hacía todo solo. Eso, para un jugador, es tremendo. Por más que la luches y te quieras convencer, no es lo mismo”.