El volante tuvo autocrítica tras su expulsión y lamentó no poder estar en la revancha de Brasil. “Trabajé mucho para este partido, me jugaba muchas cosas”, expresó.
Pablo Ledesma fue protagonista en la noche de ayer por aquel minuto de locura, en el que festejó un gol anulado, recibió la primera tarjeta amarilla por sacarse la camiseta y al instante vio la segundo por una infracción de juego.
Por esto, el mediocampista sintió la necesidad de aclarar el tema y explicó, en diálogo con 90 minutos de fútbol, la locura al momento de su festejo:
“Me jugaba muchas cosas, era el rival que nos había ganado la final el año pasado y un partido importante. Me tocó convertir y la verdad fue un desahogo muy grande para mí que ni pude ver las señas que me hacían desde el banco“.
“Román estuvo en la charla, estuvo con nosotros en el vestuario todo el tiempo y antes de salir a la cancha me dijo que iba a entrar y hacer un gol. Es mi amigo, lo quiero mucho y se lo quería dedicar a él“.
Y, además, contó que todavía no habló del tema con el técnico y pidió disculpas al hincha:
“No he hablado nada con Carlos. Debo reconocer que me equivoqué, soy grande y haberme sacado la camiseta perjudicó al equipo. Pido disculpas”.
“Trabajé mucho para este partido, lo que más bronca me da es que no voy a poder estar en Brasil para ayudar a mis compañeros“.
En cuanto a la serie, a pesar del gran triunfo y el nivel que mostró el equipo, opinó que aún no hay nada cerrado:
“Sabemos que son partidos de 180 minutos, que ayer no se definió nada, pero dimos un paso muy importante y fuimos superiores”.
“En este tipo de partidos, sabíamos que era importante mantener nuestro arco en cero“.