En las pocas fechas que se llevan disputadas del Clausura, la historia parece tomar el mismo rumbo del proceso anterior: no hay resultados, ni juego.
¿Qué te hicieron Boca? Muy lejano parece ese equipo renovado, motivado, fuerte física y anímicamente que se vio en el verano 2011. El que ganó casi todos los partidos que jugó, el que corría siempre, el que generaba peligro en el arco rival y el que venció con superioridad a San Lorenzo, River e Independiente. Hoy da la impresión de que cualquiera le gana, sólo hace falta poner un poco de actitud para batir sin sobresaltos a este triste intento de equipo.
Para apoyar ésta idea nada más hace falta repasar lo poco que transcurrió del campeonato: el debut ante un Godoy Cruz que llegaba desarmado por las ventas de sus grandes figuras y su flojo rendimiento en el verano daba como favorito al Xeneize, pero por distintas razones al Tomba le alcanzó con pararse de contra para aplastar por 4 a 1 a los de Falcioni. El triunfo ante Racing fue sólo un resultado esperanzador que pasó de largo, ya que desde el juego el equipo no mostró nada de lo que se esperaba y gracias a un grosero error defensivo de los de Avellaneda se consiguieron los tres puntos.
Finalmente los duelos frente a Vélez y el más reciente ante San Lorenzo fueron dos calcos. Un Boca sin ninguna idea para llegar al arco rival, un técnico que no se anima a llevar a su equipo a buscar el triunfo, nadie dentro del campo de juego con las ganas necesarias para agarrar la manija del equipo e intentar revelarse ante la adversidad. Después lo de siempre, centros para San Palermo, que no te puede salvar en todos los partidos.
De esta manera el Clausura 2011 aparenta ser tan mediocre como lo fueron los últimos dos años para el conjunto azul y oro. Pasó Alfio Basile, Abel Alves, Claudio Borghi y ahora Julio César Falcioni tampoco puede hacer funcionar ésta maquina. Dentro del campo de juego Boca jugó con Riquelme, sin Riquelme, tuvo su chance Erviti, también Somoza, Chávez y algunos de los juveniles. Sin embargo nada cambia, lo único que se ve en el horizonte es otro torneo perdido deambulando entre los puestos de abajo.