“Tito” Pompei junto a Omar Larrosa son los encomendados a encaminar el barco que abandonó el “Chueco” Alves. Saben bien que no llegan con muchas aspiraciones, que en estos pocos meses deben limitarse a intentar sacar a flote a un Boca que viene sin rumbo, a un Boca que hace tiempo vive en época de marea alta, con el agua hasta el cuello, prácticamente hundido.
A eso mismo se refirió el nuevo interino del club que también lo vio como jugador y como encargado de la Sexta División Xeneize: “Hay tiempo para cambiar la imagen. Para estos seis partidos tenemos que recuperar la sencillez y armar equipos que se manejen con mucho criterio. Tenemos un nuevo torneo de seis partidos. Hay un plantel de muchísimo nivel y estamos a tiempo de terminar de una forma decorosa. Hay que levantar la parte anímica y terminar con la costumbre de perder. Tengo libertad para elegir a los jugadores y todo el plantel a disposición”, explicó.
Respecto a su nueva responsabilidad, Pompei confía en su capacidad sin alejar los pies sobre la tierra al advertir que no se juega ningún prestigio como técnico.
“Todo se dio de forma muy repentina pero me siento apto para hacerme cargo del equipo en cualquier momento, lo tomo como una responsabilidad que no podía eludir. Si Boca confía en vos cuando surge un problema, uno tiene que poner el pecho. Trabajamos con chicos de Sexta y yo había tenido una experiencia como ayudante de campo de Craviotto en Unión. Además, tuve de compañero a Román y Krupoviesa”, comentó.
Cuando se anticiparon a preguntarle si le gustaría continuar al frente del equipo después de junio, en caso de lograr óptimos resultados, el técnico de 40 años respondió: “No es nuestra intención quedarnos más allá de estos seis partidos. Asumimos un compromiso hasta el 15 de mayo y después de eso volveremos a las divisiones menores para continuar con el trabajo que venimos haciendo.”
En cuanto al plantel boquense que conducirá hasta el final del Clausura 2010, Pompei aclaró: “Yo no tengo que motivar a nadie. La mayor responsabilidad y motivación que los jugadores deben tener es vestir los colores de Boca Juniors. Jugar acá es un prestigio y es lo que deben entender. Aquellos a los que se les termina el contrato, tienen que matarse para dejar una buena impresión en caso de que busquen otros destinos, y los demás necesitan revertir la pobre imagen dejada en lo que va del campeonato”.