El Tano contó sus sensaciones de volver a vestir la camiseta xeneize y ante la posibilidad de reemplazar a Riquelme, aseguró: “Necesito continuidad para evaluar cómo estoy”.
Domingo. Bombonera. Boca vs Belgrano. Diez minutos del complemento. El 10 pide el cambio. Y entró él, luego de dos años sin hacerlo. Leandro Gracián volvió a vestirse de azul y oro de manera oficial. La lesión de Juan Román Riquelme le abrió una pequeña puerta y el Tano, uno de los dos candidatos a reemplazar al capitán (el otro es el Pochi Chávez) sueña con lograr algo que hace mucho no tiene: continuidad.
En primer lugar, en diálogo con el diario Olé, el ex Independiente se mostró contento por estar vistiendo otra vez la camiseta azul y oro:
“En lo futbolístico estoy esperando la oportunidad de jugar otra vez en la Primera de Boca. Recién el del domingo fue el primer partido que jugué, entré 35 minutos. Y ahora a esperar la chance. Quiero asumir la responsabilidad. Hoy jugar en Boca es un privilegio, un equipo puntero, con seis puntos de ventaja“.
“Estuve dos años en este club y ahora me toca estar en esta etapa. Tengo mucha expectativa, para mí y para el equipo. Es un partido más y quiero tratar de cumplir la función que me corresponde. A esta altura de mi vida, a punto de cumplir 30 años, pasé todas las etapas. Sé que tengo que disfrutar el partido”.
Comentó la razón por la cual decidió quedarse:
“Me quedaba un año de contrato y apareció un técnico que me conoce y que me dijo que me necesitaba para cumplir cierta función. Estuvo siempre latente la posibilidad de irme, pero a veces hay cosas que exceden al jugador. Temas contractuales, de poder llegar a un acuerdo”.
Y contó sus sensaciones de haber vuelto a jugar al fútbol, tras la lesión que sufrió en la gira de pretemporada por Europa, y dio su punto de vista sobre su rendimiento:
“Me sentí muy bien. La función que tenía que hacer la hice bien, pateé cuatro veces al arco. Entré en un momento difícil del partido y me sentí cómodo. Perdí dos pelotas que no me gustaron, eso pasa porque asumo riesgos”.
“Me sentí cómodo después de no jugar tanto tiempo. La lesión me paró todas las primeras fechas y después el equipo estaba muy bien”.
“Yo entro a la cancha a tratar de dar lo mejor de mí. Obviamente que siempre está latente la impaciencia de la gente cuando perdés una pelota o cuando tenés que eludir y no lo eludo, pero con eso se convive”.
Siempre detrás de la sombra de Juan Román Riquelme, contó cómo se prepara mientras espera su oportunidad y manifestó sus ganas de tener la posibilidad de jugar junto al diez:
“Pienso en prepararme, en tratar de no perder en lo físico y estar bien con el grupo. Disfrutando de lo que es estar en Boca. Y estar bien para cuando me toque. Otra no me queda”.
“Tengo contrato hasta junio. En lo mío excede porque sabemos que está Román, un crack como jugador y un ídolo. Lo ideal sería algún día jugar al lado suyo“.
“Somos dos jugadores diferentes, pero si el técnico decide que juegue yo, trataré de hacer lo que hice siempre y mejorar”.
En cuanto a la falta de continuidad, indicó:
“Más bien que la necesito. No podés evaluar a un jugador por 30 minutos, lo mismo que a Nico (Blandi), o al que le toque. Lo ideal es siempre jugar dos o tres partidos seguidos para ver cómo te sentís y cómo respondés en la cancha”.
“Por eso digo que mi situación es el doble de difícil. Encima de tener que reemplazar a Román, responder bien, jugar una vez cada dos meses. Pero son las reglas del juego”.
Por otro lado agradeció al hincha de Boca por todo el cariño que le brindan cuando se lo cruzan en la calle:
“Siempre que me encuentro con el hincha de Boca, la mejor. Entiende la situación en la que estoy, te reconocen que sos un buen jugador y siempre me dan palabras de aliento”.
“El hincha de Boca es fiel. Mientras vos le demuestres que dejás todo y te jugás una final en cada pelota, te lo reconoce”.