Su ausencia comienza a notarse en el mediocampo y puede ser motivo de preocupación de cara al futuro. Mirá las estadísticas.
No hay ninguna que, durante la primera parte del semestre, Guillermo Fernández fue una de las grandes figuras del campeón del fútbol argentino. Juan Román Riquelme y el Consejo de Fútbol decidieron buscarlo en México, donde se encontraba relegado, le brindaron toda la confianza posible y se transformó en una pieza clave para el funcionamiento del equipo titular.
Lo cierto es que tras conocer que el volante no renovaría contrato, se tomó una drástica decisión: tal vez por molestia o pensando en el bien del equipo para el futuro, no volverá a jugar con la camiseta de Boca. Esto generó distintas opiniones en los hinchas que, hasta el día de hoy, siguen recordando su falta. Su contrato es hasta el 31 de diciembre y la última vez que apareció fue el 1 de noviembre, durante la victoria vs. Lanús, por la Copa Diego Armando Maradona.
Más allá de las determinaciones y opiniones de por medio, los números dejan en claro que la baja de Pol Fernández trajo más dolores de cabeza que soluciones para Miguel Ángel Russo. El entrenador debió encontrar un reemplazante en el plantel como Nicolás Capaldo, que si bien no realiza el mismo trabajo, mostró altos rendimientos desde que volvió a la titularidad. El problema es que, por ahora, no logra complementarse bien con Campuzano.
Como si esto fuera poco, las estadísticas también están a la vista: el jugador de 29 años jugó sólo cuatro partidos después de la pandemia donde Boca ganó 3 y empató uno, con 6 goles a favor y ninguno en contra. ¿Y cuando faltó? Los números, en rojo: en ocho encuentros se cosecharon cuatro victorias, un empate y tres derrotas. Además de marcar 8 goles, cedieron 5.
Desde su salida se nota un mayor desorden, poco juego en la mitad de la cancha, salidas un poco más sucias y con menor prolijidad y un ataque que, si no está bien Edwin Cardona, queda totalmente desconectado con el resto de los compañeros. Es claro que no se dará marcha atrás con la decisión pero el Consejo y el CT deberán encontrar un jugador que haga el mismo trabajo silencioso de Pol. En inferiores, dentro del plantel o en el próximo mercado de pases. De eso depende el buen funcionamiento del equipo.