Ya lo habían hecho el técnico y el ídolo. Esta vez quien desarrolló sus sensaciones después del debut frente Argentinos fue el ex arquero de la Selección, el “Pato” Abbondanzieri.
La impotencia es evidente: Boca sabe que la defensa es su talón de Aquiles, persiste en la búsqueda de soluciones pero vuelve a tropezar con la misma piedra. “Queremos resolver los problemas de pelota parada y no podemos dar con la tecla. Boca perdió hace tiempo esa garra, eso de no cabecear. Los rivales lo saben y te juegan de esa manera. Se arma algo psicológico: “Vamos a tirarle un centro a Boca que están mal”. Nos cobran un tiro libre y ya estamos temblando. Tenemos que decir dejémosnos de joder y vamos a solucionarlo”
Su análisis prosiguió:
“Me parece que es un tema de personalidad. Acá falta personalidad. No solamente defensiva, porque adelante también hace bastante que no ganamos de arriba. Falta ambición. En buenas palabras, hay que ser más hijo de puta y decir “ese a mi no me va a ganar”, “no me va a robar la pelota que me cuesta un huevo recuperarla” así, el uno Xeneize le atribuye a la carencia de personalidad las complicaciones para rechazar las pelotas aéreas que atentan cerca de su arco.
“Sabíamos que ellos juegan así, lo hablamos toda la semana y después en dos pelotas te cagan todo el laburo. Hay que empezar a meter más en el área, a no dejar que se muevan con libertad. Pero ojo, siempre dentro de lo que se pueda hacer de manera legal, pero algo tenemos que hacer sino vamos a tener que bancarnos todo este semestre con esto de que no le ganamos a nadie de arriba”, señaló después.
A pesar de que su desempeño fue más que aceptable, el “Pato” no consiguió mantener su arco invicto (uno de los objetivos de Alves) y el Bicho pudo empatarlo sobre el final gracias a dos pelotas paradas.
“Hicimos un buen partido, manejamos la pelota y nos estábamos llevando un triunfo bárbaro de una cancha muy complicada. Pero si seguimos con estos problemas la cosa se va a poner complicada. Por eso hay que cortarlo ya” expresó el jugador sobre la paridad de anoche, que lo dejó con sabor amargo y con ganas de que su equipo se reivindique en los próximos partidos.