La noticia, frente a la afección cardíaca del colombiano, impactó fuertemente en el entrenador. Mirá.
La noticia cayó como una verdadera bomba en el barrio de La Boca. Luego de cerrar a Marcos Rojo para reforzar la zaga central, Boca decidió hacer el esfuerzo y desembolsar algo de dinero para el lateral derecho. El apuntado por Miguel Russo fue Andrés Felipe Román, un viejo conocido del entrenador tras su paso por Millonarios. Pero cuando todo parecía dado, el pase se cayó.
La revisión médica no salió bien para el jugador de la Selección Colombia y se enteró, tras los estudios cardíacos, que sufre de miocardiopatía hipertrófica progresiva. Se trata de una afección que engrosa las paredes del corazón, aumenta su tamaño y por esa razón, tiene grandes dificultades para bombear sangre con normalidad, generando falta de oxígeno. Es una de las principales causas de muerte súbita en menores de 36 años y va en contra de la actividad de alta competencia.
Sin lugar a dudas, Román pasó uno de los días más duros y complicados de su carrera. La recomendación médica desde la institución fue clara y por eso decidieron no comprarlo, a pesar de intentar contenerlo. Más allá del impacto de la noticia, esto podría haberle salvado la vida. Pero el defensor cafetero se deshizo en lágrimas en las oficinas del club de la Ribera y se instaló la duda sobre lo que ocurrirá con su fútbol a partir de ahora.
De regreso al Hotel Intercontinental, donde se hospeda hasta su regreso a Bogotá, recibió una visita más que especial.Lo ocurrido con sus estudios impactó fuerte en Miguel Ángel Russo, quien lo hizo debutar en Millonarios. Por eso, no dudó en acercarse a su habitación en las últimas horas para consolarlo, apoyarlo y hablarle, posiblemente, más como un padre que como un DT. Ahora, regresará a su ciudad y continuará con los análisis para determinar lo que será de su futuro futbolística.