El equipo de fútbol sala de Boca Juniors va y va. Gana y gana, como desde hace ya un par de años que no para de ganar. Y en verdad no para. Anoche el equipo de Christian Meloni afrontó, quizás, el obstáculo más difícil a falta de dos jornadas (ahora) para concluir el camino al tan ansiado tricampeonato del futsal argentino. En frente, en el partido que se jugó en Villa La Ñata en condición de visitante, estuvo River Plate.
Y a los jugadores no les pesó el desafío de jugar ante la importancia del rival de turno: el Xeneize venció por 6 a 3 a los Millonarios. Otra vez, fue el clásico de papá. En el primer tiempo, Boca entró muchísimo mejor en cancha y sacó provecho al poder terminar arriba antes del descanso con un doblete de Alamiro Vaporaki y un gol de Lucas Chianelli.
River respondió al toque en el arranque del st con los rápidos descuentos de Maximiliano Gómez y Santiago Francini. Para los de azul y oro parecía que se les venía la noche, sin embargo, apareció en dos oportunidades para ampliar diferencias de dos tantos Lucho González, una de las figuras del cotejo, para marcar ante el parcial que llegó a estar 3-4 por culpa de Martín Persec. Sobre el final, Constantino Vaporaki puso cifra definitiva a la goleada.
Con estos tres puntos el conjunto de la Ribera se mantiene único líder del Apertura y llegó a las 39 unidades, dos más que Kimberley y Pinocho, cuatro más que La Ñata que adeuda un partido. ¿Qué separa a Boca de gritar otra vez campeón? Los partidos ante Almafuerte y El Porvenir, en principio rivales accesibles ya que uno merodea por mitad de tabla y el otro perdió todos los partidos y no tiene puntos en 14 encuentros. ¡Vamos Boca que se puede!