Boca, con poco fútbol, trató de empatarlo en el final pero no pudo. Cayó 2-1 frente al Wellington Phoenix y así se despidió de su gira por Australia y Nueva Zelanda.
Boca comenzó con algunas dudas en el control de la pelota y Wellington Phoenix se animó a atacar aunque sin demasiada claridad. El medio Xeneize no hacía pie y se cometieron algunas faltas innecesarias.
Sin embargo, pese al contexto desfavorable al inicio, la primera gran chance fue a los diez minutos para el conjunto de Claudio Borghi. Marcelo Cañete, encontró el espacio y quedó solito frente al arquero, pero la tiró apenas desviado.
El Chelo siguió mostrando que es la gran promesa y por él Boca fue peligroso cada vez que atacó. A los 15 el pibe le metió un pase perfecto a Pablo Mouche, quien sin embargo tiró muy débil y fue fácil para Paston, el portero local.
Pero cuando se jugaban 24 minutos y reinaba la imprecisión, se perdieron las marcas por izquierda, el buscapié llegó al corazón del área chica y Mac Allister la empujó para poner el 1-0.
A Boca le costó mucho salir, no tuvo ideas en los últimos metros y las pinceladas de Cañete no alcanzaron. Los intentos fueron aislados y poco eficientes. Por su parte, la línea de tres defensiva sufrió bastante por los costados, señal de que aún hay que trabajarla en las semanas que quedan antes del inicio del Apertura 2010. Por momentos se discutió demasiado y se jugó muy poco.
Lo mejor que ofreció el conjunto Xeneize durante los últimos veinte minutos fue un tiro libre ejecutado por Pablo Mouche, luego de una fuerte falta sobre Cañete, el mejor de Boca, que no tuvo la fuerza suficiente y fue dominado por el arquero.
El Xenize siguió sin salida por los costados y complicado en defensa desde el comienzo de la parte final. La última línea y los volantes se llenaron de faltas y el conjunto de Borghi continuó siendo Cañete y diez más.
Cuando iban quince minutos un error de Javier García posibilitó el 2-0 y una complicación importante para el cuadro de la Ribera. Daniel envió un tiro libre en forma de centro hacia el área, el arquero no salió, Durante se escapó de la marca de Cristian Cellay y cabeceó para aumentar la desventaja.
Boca no podía salir de su campo, el equipo estaba muy nervioso y no generaba ninguna ocasión arriba. Prueba de la fricción en que se desarrolló el partido fue la expulsión de Cellay, a los 27 del complemento, cuando cometió una falta, reaccionó mal ante el rival y se ganó la segunda amarilla.
Los ingresos de Orlando Gaona Lugo y Sergio Araujo le dieron frescura al ataque boquense. De hecho un desborde del paraguayo cuando faltaban diez minutos posibilitó acortar distancias. El joven apareció por izquierda, quiso meterla al área, rebotó en Hearfield y se metió en el arco de Paston.
Las ganas de los pibes no fueron suficientes para empatar el encuentro. La derrota duele pero sirve para marcar ciertos aspectos a mejorar. Por ejemplo que en los costados el mediocampo no hay firmeza, ni Luciano Monzón ni Leandro Marín han dado buenas respuestas.