Boca no pudo con el Espanyol. Ganaba por un gol de Cvitanich, pero Osvaldo en dos ocasiones y Verdú sentenciaron el 3-1 final.
En los primeros diez minutos, Boca intentaba ser prolijo en el manejo de la pelota. Con Juan Román Riquelme como eje, Erviti se mostraba por la izquierda, juntándose mucho con el diez.
De los laterales, el que más subía era Clemente Rodríguez y en consecuencia Espanyol contaba con espacios para atacar por su sector. Por allí se ubicaba el delantero Daniel Osvaldo y generaba complicaciones.
Un remate de Román, otro de Diego Rivero desde lejos. Poco más ofreció el equipo de Julio César Falcioni. Del lado de los Periquitos tampoco hubo demasiado más que las insinuaciones por la izquierda de la última linea boquense.
En un complemento que había arrancado también deslucido, parejo y sin dominador, la primera gran chance fue para Boca. Darío Cvitanich estuvo cerca, remató de derecha y el portero Cristian Álvarez la desvió.
Pero tres más tarde, el ex Ajax tuvo otra y definió perfecto. Un centro preciso de Facundo Roncaglia en una de sus pocas proyecciones, frentazo perfecto de Cvitanich que fue imposible para el arquero.
Cuatro minutos después, el árbitro Estrada vio un penal inexistente de Rolando Schiavi sobre Osvaldo, que el propio delantero transformó en gol con un tiro poco potente, rasante contra el palo izquierdo de Agustín Orión que eligió el otro lado.
El partido no tenía emociones. Los equipos se prestaban el balón y no tenían peso ofensivo, hasta que a los 32 Verdú asistió a Luis García, que no pudo definir frente a Orión pero un rebote en Rolando Schiavi le dio la posibilidad a Osvaldo para definir con el guardametas ya vencido. Era el 2-1.
Sobre el final, Schiavi bajó en el área a Thievy. Otra vez penal para el dueño de casa que Verdú convirtió. Con esto se terminó un encuentro deslucido. Se notó la falta de fútbol y hubo errores sobre todo defensivos. A seguir trabajando.