El primero en hablar después de la salida de Carlos Bianchi de Boca fue su ayudante de campo, José María Castro. Esta tarde, en diálogo con ESPN Fútbol Club, el colaborador del técnico más ganador de la historia Xeneize se refirió a la forma en que fue despedido de su cargo:
“Él tiene el sabor amargo. Está más sereno, más tranquilo y a la vez con esa competitividad que tiene le queda el sabor amargo porque considerábamos que había una salida, que se la podíamos encontrar”.
“A Bianchi le dolió mucho la manera en que se fue de Boca. El medio del fútbol es bastante desgastante. No digo qué está bien o mal, digo que se cuenta diferente la realidad en algunos casos que en otros. Algunas cosas por ser Bianchi el que las llevaba a la práctica las contaban distinto, no eran objetivos”.
“Es una manera de proceder del fútbol argentino. La Comisión Directiva reconsideró a la tarde lo que había dicho al principio”.
En cuanto al balance de los 20 meses de gestión, Castro consideró:
“Desde el punto de vista deportivo es un sabor agridulce, ahora vendrá una etapa de sacar conclusiones, la evaluación de este proceso que por mi edad y el momento de mi carrera me va a permitir mirar adelante”.
“La responsabilidad por las lesiones existe de parte del cuerpo técnico, uno es cabeza de un grupo y tiene que encontrar la manera de que el jugador esté en su plenitud física y futbolística. Son cosas que existieron siempre, en nuestro proceso se notó más en el final del 2013, donde hubo muchos problemas musculares”.
“La cuestión generacional con los jugadores para transmitir el mensaje puede inlfuir, pero no creo que haya sido el caso puntual de Carlos. Es un hombre de conceptos claros que le da libertad a los jugadores dentro el campo para llevar a cabo las ideas”.
Por otro lado, se mostró con fe de que la levantada que mostró el equipo desde la llegada de Rodolfo Arruabarrena se confirmará con el correr de los partidos:
“Boca tiene muy buen plantel, se ha comenzado a salir de ese espiral negativo que se había entrado. Los jugadores han renovado la ilusión. Cuando no hay una dinámica positiva, un cambio de entrenador motiva a cualquier plantel”.
“Si uno no creía eso, no iba a ser tan necio de seguir intentando algo que no iba. Él les dijo a los jugadores que creía que el que viniera lo iba a sacar a flote. Ojalá les vaya bien, uno les desea lo mejor porque después de tantos meses también uno se encariña con los jugadores”.