Sebastián Villa fue protagonista en el triunfo de Independiente Rivadavia sobre River por 2 a 1. El ex Boca convirtió un gol y metió una asistencia para la agónica victoria sobre el Millonario en Mendoza. Fue un partido especial para él, que ya había enfrentado al eterno rival del Xeneize en varios Superclásicos e incluso también anotó en el marcador.
En el último minuto del partido, encaró por la izquierda y le dejó el gol a Ezequiel Ham, que apareció por el segundo palo para darle los tres puntos a los mendocinos. Inmediatamente después de dar el pase y ver el final de la jugada, el colombiano hizo gestos de “disparos” hacia las tribunas repletas de hinchas de River.
Esto provocó la bronca de los futbolistas del Millonario, que fueron directamente a encarar al exjugador del Xeneize. Nazareno Arasa pitó el final y Gonzalo Martínez fue directamente a buscar a Villa, al que llegó a agarrar del cuello en la escalera rumbo al vestuario. Si bien pretendieron continuar en esa zona del estadio, el pleito terminó desactivado por la seguridad privada.
Mientras tanto, en el campo de juego hubo empujones y el guardaespaldas del plantel de River recibió un golpe en la cara. Sebastián Villa ya no se encontraba allí, pero terminó armándose un gran tumulto que finalmente no pasó a mayores.
Qué dijo Sebastián Villa después del escándalo con River
River perdió con Independiente Rivadavia en Mendoza, en gran parte, por obra de Sebastián Villa. El colombiano, exjugador de Boca, tuvo un rendimiento muy bueno y aportó un gol y una asistencia en el encuentro. Al término, los jugadores del Millonario fueron a buscarlo por un particular festejo hacia la hinchada.
“Eso queda dentro de la cancha. Yo me dedico a jugar al fútbol“, explicó el jugador de la Lepra mendocina en diálogo con ESPN tras lo sucedido con los rivales.
“Tuvimos ese plus de ir hacia adelante en los minutos finales y pudimos lograr el objetivo“, agregó el colombiano. Su equipo fue superior en casi todo el partido contra el equipo Millonario y terminó logrando el triunfo prácticamente en la última jugada.