Boca cayó ante Defensa y Justicia y nuevamente quedó en deuda con el funcionamiento futbolístico. En un equipo que tuvo pocas menciones destacadas, Leandro Paredes asomó como el único aprobado del plantel.
El volante buscó en todo momento generar juego en la mitad del campo siendo el eje del equipo. Sin embargo, el rendimiento colectivo no funcionó y poco pudo hacer el campeón del mundo para revertirlo. De hecho, la frustración de Paredes fue tal que en el segundo gol del “Halcón”, dejó notar su fastidio con la situación en un partido donde incluso terminó golpeando el césped.
El enojo de Paredes tras el segundo gol de Defensa y Justicia
No hay dudas de que Boca no jugó un buen partido. Nuevamente el equipo evidenció un mal funcionamiento, aunque en el primer tiempo buscó la iniciativa. Dentro de lo poco que se vio, uno de los aprobados fue Leandro Paredes.
El volante se cargó el equipo al hombro pero poco pudo hacer. Y luego del gol agónico de Defensa, Leandro dejó entrever toda su frustración por el resultado. Una vez Osorio empujó la pelota al fondo del arco, Paredes miró al línea, pero al instante terminó revoleando los brazos, visiblemente molesto.
Y es que el equipo no acompañó y el rendimiento otra vez quedó corto en el complemento. Esto a su vez queda marcado por el resultado desfavorable, que complica la posición del Xeneize tanto en la tabla del Torneo Clausura como en la tabla anual.
No fue lo único: Paredes tuvo un fuerte reclamo a Marchesín tras el penal que cometió
A su vez, no fue el único momento en el que se vio a un Leandro Paredes tensionado por el contexto complicado que vivió Boca en Florencio Varela. Además del fastidio por el segundo gol del “Halcón”, el mediocampista venía de hablarle a Marchesín, tras el penal que el arquero había cometido.
En las imágenes mostradas por ESPN, Paredes se acerca a Marchesín en lo que pareciera darle indicaciones. Al mismo tiempo, se lo notó bastante enojado a causa del penal que el Xeneize recibió en contra. Aunque al principio el golero parecía no contestarle, al escuchar unas palabras del campeón del mundo, se volteó para hablarle.