La carrera de Miguel Ángel Russo fue muy exitosa y no se explica solo con su paso por Boca. Haber sido campeón de la Copa Libertadores 2007 con el Xeneize es el pico más alto de su trayectoria, pero aún así Miguel tiene un lugar al que casi nadie accede: es considerado ídolo en varios clubes y en otros tantos es muy querido.

Su etapa como futbolista arroja dos títulos en Estudiantes de La Plata, en 1983 y 1984. Su vida como entrenador es la que lo hizo ganar otro estatus en el fútbol argentino y sudamericano: un total de 10 vueltas olímpicas en seis clubes distintos. Leyenda.

Miguel Ángel Russo, el futbolista: dos veces campeón con Estudiantes de La Plata

Toda su carrera como jugador la tuvo en el “Pincha”, lo que ya lo ponía como una figura para la historia del club. Un total de 14 temporadas siendo volante central para el equipo platense, con el que fue bicampeón en 1983 y 1984. Debutó en 1975 y se retiró en 1989, con 420 partidos locales, 15 internacionales y 11 goles.

El inicio del Russo entrenador: experto en ascensos y llegada a Primera

Russo arrancó su carrera como DT en Lanús, que en ese entonces estaba en la Segunda División. Lo ascendió en 1990, descendió en 1991 y volvió a ascender en 1992, esta vez como campeón. Por eso en 1994 fue Estudiantes a buscarlo: el Pincha se encontraba en la “B” y necesitaba volver a la máxima categoría, objetivo que consiguió en 1995, también como campeón.

Ahí cambió el estatus de Miguel, que así inició su carrera internacional. En 1996 estuvo en Universidad de Chile y en 1999, en el Salamanca de España. En el medio se dio su primera experiencia en Rosario Central, que terminaría siendo uno de los clubes de su vida.

El entrenador se volvió un todo terreno. Entre el 2000 y el 2004 pasó por Colón, Lanús, Los Andes, Morelia de México y tuvo un buen segundo ciclo en Central. Eso despertó el interés de Vélez, el siguiente momento importante de su carrera.

Russo se vuelve ganador: primer título con Vélez y la llegada a Boca

En 2005, Miguel llega a Vélez y demuestra rápidamente que estaba llegando al mejor momento de su trayectoria como DT: meses después de su debut, se consagra campeón del fútbol argentino por primera vez. En Liniers se volvió querido al instante y aquel equipo es muy recordado. Por eso Boca posó sus ojos en él y su trabajo.

En 2006, tras perder el desempate por el tricampeonato con el Estudiantes de Verón, Boca va a buscarlo y Russo termina formando un equipo histórico. Con Juan Román Riquelme y Martín Palermo a la cabeza, aquel Xeneize se consagra campeón de la Copa Libertadores de punta a punta y siendo muy superior al resto. Miguel, por su parte, subía al olimpo de ídolos, siendo el tercer entrenador en llevar a Boca a la cima de América.

Su despedida fue más rápida de lo esperado. A fin de año, tras la derrota ante el Milan por el Mundial de Clubes, renunció. Y volvería al club recién 12 años después, también con Riquelme de por medio.

2008-2019: ídolo en Rosario Central y Millonarios y vuelta a Boca, de la mano de Riquelme

En el siguiente tramo, Miguel pasó por San Lorenzo, tuvo un tercer ciclo en Central y pasos por Racing (2009-2011) y una segunda etapa en Estudiantes. Su siguiente festejo sería en la temporada 2012-2013, cuando agarró a Rosario Central en la B y lo devolvió a la Primera. El idilio con la gente se potenció aún más.

Entre 2017 y 2018, Russo estuvo en Millonarios de Colombia y atravesó uno de los momentos más difíciles e intensos de su carrera. Le descubrieron cáncer, pero aún así decidió seguir con su trabajo en paralelo. Fue campeón del fútbol colombiano en aquella temporada y conmovió a todos con una frase para la historia: “Todo se cura con amor”. En el segundo año, nuevamente fue campeón, esta vez de la Superliga de Colombia. Ídolo en Bogotá.

En 2019, Russo estuvo en Alianza Lima de Perú y luego en Cerro Porteño de Paraguay. En 2020 se dio su vuelta a Boca. Riquelme arrancó su etapa como dirigente en el club y lo convocó por su experiencia y conocimiento de la institución. Dos meses después, ganó la Superliga Argentina 2020, un título muy recordado porque se lo arrebató a River en la última fecha. A principios del 2021 ganó la Copa Diego Armando Maradona y se despidió cerca de fines de aquel año, tras no poder obtener la Copa Libertadores.

Un histórico abrazo entre Russo y Maradona el día en que Boca fue campeón de la Superliga 2020. (Getty)

2021-2025: el tramo final y la triste noticia en plena actividad

Tras su salida de Boca, Miguel pasó por el Al Nassr de Arabia Saudita en la temporada 2021-2022 y en 2023 regresó a Rosario Central, para un quinto ciclo en el que coronó su posición histórica en el club siendo campeón de la Copa de la Liga. En 2024 se fue por motivos personales y al poco tiempo asumió el cargo en San Lorenzo, equipo con el que llegó a semifinales del Torneo Apertura 2025. Tras ese buen torneo, Riquelme volvió a convocarlo para una tercera etapa en Boca.

Riquelme y Russo, el día del inicio del tercer ciclo en Boca. (Getty)

Russo fue el DT del Xeneize en el Mundial de Clubes 2025, con grandes partidos ante Benfica y Bayern Múnich, pero sin resultados positivos. En el torneo le costó afianzarse y el tramo final fue sin su presencia. Por cuestiones de salud, debió abandonar el día a día y dejó a cargo a Claudio Úbeda, su asistente técnico.

Su fallecimiento le puso fin a una carrera plagada de éxitos, pero sobre todo de amor: Miguel logró ser querido en Lanús por aquel ascenso, en Estudiantes por sus logros como jugador y DT, en Vélez por ese recordado equipo campeón, en Millonarios por los dos títulos en el peor momento de su vida, en Rosario Central por el fanatismo, las vueltas olímpicas y la paternidad sobre Newell’s y en Boca por todo: su Libertadores, su Superliga y su respeto eterno con la institución y su gente. Adiós a un hombre de fútbol, un ganador y una gran persona.