La historia de Boca no sería la misma sin Martín Palermo. Con 236 goles es el máximo goleador del club y tuvo una carrera de película, con momentos inolvidables no solo para los hinchas Xeneizes sino también para todos los argentinos.
Nacido en La Plata el 7 de noviembre de 1973, el delantero se formó como profesional en Estudiantes. Allí debutó con solo 18 años y jugó hasta 1997, año en el que llegó a Boca por pedido de Diego Armando Maradona. Con el Bambino Veira en el banco, empezó a tener sus primeros minutos con la camiseta Azul y Oro.
Discutido en un principio porque el arcó tardó en abrirse, convirtió su primer gol en el Torneo Apertura 1997 ante Independiente. Poco a poco fue tomando cada vez más importancia en un plantel lleno de estrellas ya consagradas y otras que ya asomaban.
El pelo rubio, su potente cabezazo y ese optimismo dentro del área lo posicionaron como el centrodelantero más importante y, sobre todo, más goleador.
Con Carlos Bianchi como entrenador alcanzó su mejor versión. En el apertura 1998 convirtió 20 goles en 19 partidos, un récord que jamás fue superado en torneos cortos. Formó dupla con Guillermo Barros Schelotto en el ataque, y juntos formaron una sociedad que se transformó en amistad fuera de la cancha.
Pero como no hay guerrero sin heridas, también hubo momentos duros en su carrera. El primero de ellos fue en la Copa América 1999, donde erró tres penales ante Colombia en la fase de grupos. Aquel episodio lo dejó afuera de la selección por 10 años.
Al volver al Xeneize, pocos meses después se rompió los ligamentos frente a Colón. De hecho, convirtió su gol número 100 como profesional habiéndose lesionado solo unos instantes antes.
Volvió para la Copa Libertadores 2000, justo en el encuentro de vuelta de cuartos de final frente a River. Allí, convirtió el 3 a 0 para sentenciar la serie en un día recordado como “el muletazo” por su regreso apenas recuperado.
Y a fines de ese año tuvo una cita con la historia. Le convirtió dos goles al Real Madrid en la Copa Intercontinental y fue elegido como la figura en el triunfo por 2 a 1. Sin embargo, terminó siendo vendido al Villarreal para principios de 2001.
La travesía europea fue de tres años y medio entre el Submarino Amarillo, Betis y Alavés. Sufrió una fractura de tibia y peroné a pocos meses de llegar al viejo continente y quedó marginado por varios meses afectando su rendimiento al regresar.
A mediados de 2004, regresa a Boca de la mano de Miguel Brindisi. Ya en esta etapa se asentó como uno de los líderes del grupo y siguió cosechando títulos. El primero de ellos, la Copa Sudamericana 2004, donde marcó un gol en la final de vuelta ante el Bolívar para empatar la serie.
Al año siguiente, con Alfio Basile como entrenador, lograría dos títulos locales, otra Copa Sudamericana y dos Recopas. Siempre como titular y protagonista en la mayoría de las ocasiones. En 2007, con el regreso de Juan Román Riquelme, volvieron a levantar una nueva Copa Libertadores juntos.
En 2008 consiguió sus últimos títulos como jugador de la institución: la Recopa Sudamericana y el Torneo Apertura. Sin embargo, en este último volvió a sufrir una rotura de ligamentos que lo dejó afuera de casi todo el torneo.
Se retiró al terminar el Clausura 2011 con 236 goles en 404 partidos. Ante Banfield, su último partido en La Bombonera, el club le regaló el arco que da a la tribuna de la 12.
Martín Palermo es uno de los ídolos más grandes de la historia de Boca y el amor de los hinchas por él es totalmente unánime. No solo por sus goles sino también por su forma de ser, que todo el fútbol argentino le suele destacar.
¿Qué títulos ganó Martín Palermo en Boca como jugador?
- Apertura 1998
- Clausura 1999
- Copa Libertadores 2000
- Apertura 2000
- Copa Sudamericana 2004
- Recopa Sudamericana 2005
- Apertura 2005
- Clausura 2006
- Recopa Sudamericana 2006
- Copa Libertadores 2007
- Apertura 2008
- Recopa Sudamericana 2008
El histórico doblete al Real Madrid en la Copa Intercontinental
Boca viajó a Japón en el 2000 luego de ganar la Copa Libertadores de ese año y debía jugar la Copa Intercontinental ante el Real Madrid. Campeón de la Champions y con el Balón de Oro (Luis Figo) entre sus filas, iba a ser un hueso durísimo de roer.
Sin embargo, el Xeneize no iba a dar su brazo a torcer fácilmente y tuvo una de sus grandes epopeyas con Martín Palermo como protagonista. En los primeros seis minutos del encuentro, el Titán convirtió los dos goles que significaron la victoria.
El primero, entrando por el palo derecho tras un centro bajo del Chelo Delgado. Y el segundo, clavando un zurdazo cruzado tras una milimétrica habilitación de Juan Román Riquelme.
River, una de sus víctimas favoritas
Martín Palermo convirtió 236 goles oficiales con la camiseta de Boca. 11 de ellos fueron a River, el rival de toda la vida. Es uno de los equipos al que más goles le convirtió en toda su carrera.
Haciendo un repaso de varios de ellos, cada uno tuvo una particular trascendencia. Cada vez que se enfrentaban, se esperaba que el Titán hiciera de las suyas.
El primer gol de Palermo en Superclásicos, en la despedida de Maradona
En el Apertura 1997, Boca visitó a River en El Monumental y los rumores de un nuevo dóping de Diego Armando Maradona planteaban su despedida. Martín Palermo fue titular y resultó protagonista en esa tarde-noche porteña.
El Xeneize se fue al entretiempo perdiendo y allí fue reemplazado Diego, por un tal Juan Román Riquelme. Julio Toresani empató el encuentro a poco de comenzar el complemento y luego llegaría el turno del Titán.
Un cabezazo desde el área chica tras un córner significó la ventaja para Boca a 23 minutos del final.
El relato de Marcelo Araujo sobre Palermo que se convirtió en meme
“776.420 pesos, la recaudación para esta nueva edición del superclásico del fútbol argentino, Martiiin, gol“, relató Marcelo Araujo en el duelo entre Boca y River por el Clausura 1999.
Martín Palermo había metido el 2 a 1 con un golazo de media vuelta desde afuera del área y generando un relato para toda la eternidad. Una vez más, el Titán le convertía al Millonario, como cada vez que se enfrentaban.
El muletazo de Palermo por la Copa Libertadores 2000
Martín Palermo se rompió los ligamentos durante el Apertura 1999 y estuvo varios meses sin jugar. Cuando la recuperación estaba en su tramo final, Boca debía enfrentar a River en los cuartos de final de vuelta de la Copa Libertadores 2000.
Para sorpresa de muchos, Carlos Bianchi decidió llevarlo al banco de suplentes. “Si ellos lo ponen a Palermo, yo lo pongo a Enzo“, dijo el Tolo Gallego, entonces entrenador de River, a modo de broma por el posible regreso del Titán.
Lo cierto es que Martín entró y sentenció la historia cerca del final con un zurdazo inolvidable, catalogado históricamente como “el muletazo“. Lleva ese nombre debido a que volvió de la grave lesión ese mismo día y aún sin estar al 100% le convirtió al rival de toda la vida.
El “último empujoncito” para que River descendiera en 2011
El 15 de mayo de 2011, Boca y River se enfrentaron en La Bombonera por el Clausura. El Xeneize estaba lejos de la pelea por el título y el Millonario peleaba por no descender. El partido se lo quedó el Xeneize por 2 a 0.
El segundo gol, lo marcó Martín Palermo de cabeza en el que sería su último Superclásico como jugador. Terminado ese torneo, los de Núñez descendieron tras perder la promoción frente a Belgrano. “Le dieron el último empujoncito (para descender)“, reconoció Matías Almeyda varios años después.
La durísima lesión que sufrió Palermo en su corta estadía en Europa
Martín Palermo fue transferido al Villarreal a principios de 2001 por 8 millones de dólares. Metió seis goles en 17 partidos en la Liga de España y tuvo un arranque también prometedor en la temporada 2001/02.
Sin embargo, el 29 de noviembre de 2001, tras convertir un gol después de varios encuentros, festejó con los hinchas y un cartel cayó sobre su pierna provocándole una fractura de tibia y peroné.
Una vez que logró recuperarse, jugó un puñado de partidos más hasta ser vendido al Betis en 2003. Allí jugó solamente un semestre y luego pasó por el Alavés, su último club en Europa. En total, entre los tres equipos, jugó 107 partidos, metió 26 goles y no logró ningún título.
Su historia con la Selección: de los tres penales errados a los goles a Grecia y Perú
Martín Palermo fue convocado por Marcelo Bielsa para disputar la Copa América 1999 con la Selección Argentina. Era el mejor delantero del fútbol argentino habiendo convertido 32 goles en la temporada 1998/1999.
El 4 de julio de ese año, por la segunda fecha de la fase de grupos de la Copa America, fue titular ante Colombia. Allí, rompió el récord de más penales errados en un partido (3). Luego no sería convocado por 10 años a la selección.
Si bien ese episodio lo había dejado marcado, Diego Armando Maradona decidió volver a convocarlo en 2009 para jugar las Eliminatorias para Sudáfrica 2010. Y vaya que el 10 no se equivocó.
El 10 de octubre de 2009, Argentina empataba con Perú bajo una lluvia torrencial y necesitaba ganar para que no peligre su clasificación. Y ahí fue cuando el Titán le dio la victoria a la Albiceleste empujándola debajo del arco, para la emoción de todos los fanáticos presentes en el estadio y tras las pantallas de los televisores.
Y no sería la última proeza. Diego lo premió llevándolo a Sudáfrica 2010 y dándole 10 minutos en el último partido de fase de grupos ante Grecia. Y sería suficiente para el optimista del gol que, tras un rebote del arquero, puso el 2 a 0 en el marcador con su pierna derecha.
Del peor récord al más grande sueño. Este corto pero intenso capítulo de la Selección Argentina pinta de cuerpo entero lo que fue su carrera como jugador.