Hugo Orlando Gatti falleció este domingo y su partida generó un profundo dolor en todo el fútbol argentino y, sobre todo, en Boca. El mítico arquero no solo fue uno de los mejores arqueros de la historia del club de la Ribera y del fútbol local. También fue un personaje excéntrico que quedó inmortalizado por sus aventuras en el campo de juego.

“No estoy loco, tan sólo soy un tipo muy sincero en el ambiente del fútbol, aunque pueda ser embustero en otros ámbitos“, manifestó en una charla con El Gráfico en 2005. “Al único que no le miento es al fútbol. Le puedo mentir a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos y a Dios, pero al fútbol, no”, sostuvo.

Las locuras de Gatti en Boca: cuando atajó con una petaca de whisky al lado del arco

Fue con la Selección Argentina, en 1976, contra la Unión Soviética, en Kiev. Sobre aquel recuerdo, el “Loco” se la jugó y contó la verdad: no fue solamente un gesto pícaro. También tomó de la petaca. Y todo el contenido. “¡Me bajé toda la petaquita! Pero era chiquita, eh. ¿Sabés el frío que hacía? Y atajé tannnto.. Fue el mejor partido de mi vida, porque estaba en pedo, no sabía lo que hacía. No estaba cagado”, manifestó.

Repetí la receta una vez, sí. En un partido contra Unión, le pedí al utilero un café con whisky…”, recordó también. Y fue por más: “El efecto era bárbaro, me sacaba el cagómetro, que es algo real. Quien lo niegue, no es humano. Si fuera técnico, sin dudas les daría vino a los jugadores antes de los partidos. ¿Qué les voy a dar? ¿Gaseosa? Es una porquería, los infla, los duerme… El vino es otra cosa. Y lo dicen los médicos”.

Gatti, en aquel partido de mucho frío y whisky.

La vez que Gatti hizo malabarismo sobre la raya y cuando sacó pegándole al travesaño

Aquel malabarismo fue en un partido ante All Boys: “Cabecearon del área chica y la pelota venía despacio, era un pedo de vieja. Venía justo a mí. Entonces la dejé pasar por arriba de mi cabeza y la agarré por atrás de mi espalda”.

“Ahí la tiré para adelante, otra vez por arriba de la cabeza… Fue tremendo, pero hubo una peor: jugando para Atlanta, saqué del arco tirando un pelotazo contra el travesaño. Me suspendieron una fecha, por irresponsable”, añadió Hugo. Sobre su excentricidad, aclaró en aquel 2005: “Lo mío es natural. Se le llama locura, pero para mí es otra cosa. Yo nací así, del polvo de mi madre y mi padre”.