El Boca de Carlos Bianchi marcó un antes y un después en la historia del club. Los títulos internacionales y el hecho de tener un 11 de memoria fueron algo fundamental para meterse en las páginas doradas de la institución. Muchos intérpretes se convirtieron en ídolos y hasta incluso terminaron trabajando en el club, pero hubo otros que, por distintas razones, no llegaron a trascender.
Tal fue el caso de Diego Fernando Cortés, volante colombiano que se había sumado en el verano del 2001 buscando su lugar en el Xeneize. De la mano de su compatriota Jorge Bermúdez, llegó desde Deportes Quindío con 24 años y una gran ilusión: ser parte del plantel de Boca.
Llegó a disputar unos minutos contra River en un amistoso de verano disputado en Mendoza. Sin embargo, un conflicto hizo que no lo ficharan. “Lastimosamente algunos problemas entre (Mauricio) Macri y Jorge (Bermúdez) impidieron eso. Hubo una ruptura en sus conversaciones y por esas discordias la terminé pagando yo“, explicó el colombiano en diálogo con Infobae en 2021.
Años después, jugando para el Deportivo Pasto, sufrió un accidente que lo dejó parapléjico. “Vi un túnel blanco en la cirugía. Dicen las enfermeras y el anestesiólogo que me dio un paro respiratorio y estuve más de 40 segundos muerto. Me revivieron“, recordó el exfutbolista.
El tremendo accidente que le cambió la vida a Diego Cortés
Diego Fernando Cortés atravesaba un buen presente en Deportivo Pasto, con quien había sido campeón del torneo colombiano en 2006. El 18 de septiembre de ese año, el plantel tuvo libre antes de enfrentar a Once Caldas y el lateral fue a una tirolesa junto con sus compañeros Carlos Rodas, Róbinson Rojas y Hugo Pablo Centurión.
Estuvieron buena parte de la tarde lanzándose desde allí, prácticamente de montaña a montaña. “Ya nos volvíamos y decidí tirarme por sexta y última vez. En Pasto, Nariño, hay mucho viento. Se me frenó el cable, pero sabía cómo deslizarme. Me empecé a cansar los tríceps y subí las piernas para arrastrarme como un gusano“, recordó Cortés en Infobae en 2021.
A poco de llegar, ocurrió lo inesperado: “Caí de espaldas 20 metros y me partí en dos. En el suelo vi mis piernas en la cara. Solo veía un poco, no quedé inconsciente. En un segundo de la caída dije estas palabras: “Dios mío, mi hijo”. Ahí empezó una historia diferente en mi vida“.
Pero el calvario no terminó allí, ya que en ningún hospital estaban dispuesto a operarlo, hasta que un fanático lo ayudó: “Un hincha que era gerente de una empresa de salud auspició mi cirugía, que costó entre 30 y 40 mil dólares. Vi un túnel blanco en la cirugía. Dicen las enfermeras y el anestesiólogo que me dio un paro respiratorio y estuve más de 40 segundos muerto. Me revivieron“.
Quedó en silla de ruedas de por vida por la dureza de su caída. A partir de ese episodio se inspiró en ayudar a los demás y también se formó académicamente. “Estudié entrenamiento deportivo, metodologías, planes de estructuras, soy administrador de empresas y tengo una alta gerencia en administración deportiva”, relató.
Cómo fueron los días de Cortés en Boca
El colombiano tuvo un breve pero inolvidable paso por Boca a principios de 2001. Jorge Bermúdez lo apadrinó y la idea era sumarlo al plantel, ya que a Carlos Bianchi también le llamaba la atención. En su único encuentro con el club, lesionó a Ariel Ortega y sus compañeros, junto con el Virrey, lo retaron.
“Yo llegué y pam, lo lesioné. “Ey, boludo, no te hagas expulsar que no te pedí eso yo”, me gritó Bianchi, ja. “Bueno, profe, tranquilo”. Salió Ortega y entró Aimar. Por esa patada, Bermúdez me dijo después del partido: “Enano, no, tenga cuidado, hermano”, relató Cortés en diálogo con Infobae en 2021.
Además, contó un curioso hecho durante uno de los entrenamientos con el plantel: “En una práctica el Chelo me pasó una pelota, la cogí sin dejarla caer y se la puse en el ángulo a Córdoba. Óscar dijo “marica, con ese gol ya acabó el entreno”. Se fueron todos y me dejaron solo en la cancha“.