El presente futbolístico de Boca, que el sábado se quedó sin entrenador tras la renuncia de Diego Martínez, despertó la bronca y el enojo de sus hinchas. El rendimiento del equipo y las dos derrotas en fila, ante River y Belgrano, destaparon la olla.
Este domingo, el Xeneize se reencontrará con su público y La Bombonera será, sin dudas, una especie de Cabildo abierto. Lo ocurrido en el Superclásico dejó secuelas y lo que suceda en las tribunas el fin de semana no podrá pasarse por alto.
Las veces en que La Bombonera habló para mostrar su descontento
Torneo Clausura 2011. El equipo dirigido por Julio César Falcioni andaba a los tumbos y la derrota contra Olimpo en Brandsen al 805 hizo explotar todo.
Luego del 0-2 ante los de Bahía Blanca, un grupo de hinchas se reunió en el playón donde estaciona el micro que traslada a los futbolistas y entonó dos canciones propias de malas épocas: “A ver, a ver los jugadores si pueden oír” y “la camiseta de Boca se tiene que transpirar”.
Rolando “Flaco” Schiavi se despidió de Boca a fines de 2013 en un partido ante Godoy Cruz. La Bombonera lo ovacionó, le agradeció por los títulos obtenidos y lo hizo emocionar.
Pero como si esto fuese poco, en la pantalla gigante del estadio apareció un video de Carlos Bianchi, el padre futbolístico del exdefensor. Apenas asomó la cara del Virrey, los hinchas pidieron su regreso y le apuntaron a Daniel Angelici, expresidente de la institución.
“Tráelo a Bianchi, la p*** que te parió”, retumbó en el barrio de La Boca. Meses después, Bianchi volvería a su casa para reemplazar a Julio Falcioni.
La Copa Libertadores 2023 tuvo un episodio cumbre y fue el partido vs. Deportivo Pereira de local. El Boca de Jorge Almirón perdía 1-0 ante los colombianos y los hinchas estallaron.
“A ver si de dan cuenta, que no juegan con nadie”, empezó a sonar desde la tribuna y por primera vez en muchos años se insultó a quienes tienen el privilegio de defender la camiseta azul y oro.
Boca reaccionó, lo empató con un golazo de Luis Advíncula y lo terminó ganando con un cabezazo agónico de Alan Varela. La presión surgió efecto.