En esta sección, hablamos exclusivamente de fútbol: esquemas, cambios, asociaciones y más. En esta entrega, el empate del Xeneize en Santa Fe.

Formación inicial: sin Riquelme, cuidado para el partido ante San Lorenzo, Bianchi fue cauteloso y volvió al 4-4-2. Un equipo parado como para disputar el dominio en el mediocampo y atacar con Gago como eje.

Falta de profundidad: Boca fue levemente superior a Colón pero le costó mucho generar situaciones de peligro. Sánchez Miño y Martínez no estuvieron finos y a Gigliotti le llegaron pocas. Carente de ideas, el equipo tampoco recurrió a los disparos de media distancia.

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Gago, participativo pero solitario: Fernando estuvo muy activo pero en grandes pasajes tenía la pelota más de lo debido. La razón: no tenía opciones de pase. Erbes se adelantó demasiado y se alejó de él, por lo que el volante de la Selección no contó con socios en la formación. Además de que tuvo algunos errores.

Acosta le cambió la cara: el juvenil ingresó en el entretiempo y, si bien no fue su mejor partido, intentó desequilibrar. Gambeteó y hasta probó con algunos disparos desde lejos. Su actitud motiva, y debería ser contagiante.

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Los cambios de Bianchi: al ya mencionado cambio de Luciano Acosta por Bravo, se sumaron el de Claudio Riaño y Nicolás Colazo en lugar de Gigliotti y Sánchez Miño, respectivamente. El equipo terminó jugando con el juvenil como enganche. ¿Colazo no podría haber ingresado antes?

Para trabajar: falta de ideas en ataque y carencia de profunidad. Es clave saber lo que se quiere generar y cómo hacerlo a la hora de buscar el gol.