En esta sección, hablamos exclusivamente de fútbol: esquemas, cambios, asociaciones y más. En esta entrega, el empate del Xeneize en La Bombonera.

Formación inicial: dos cambios obligados. Zárate y Acosta volvieron al equipo en lugar de los suspendidos Insúa y Gago. El esquema volvió a ser 4-3-1-2, luego del 4-4-1-1 en Avellaneda. Bravo como eje y Erbes colaborando con él, además de avanzar por la banda derecha.

El 1 a 0: Sánchez Miño la aguanta en la mitad de la cancha y abre el juego a un Zárate que salió lanzado al ataque y tiró un gran centro al ras del suelo. Nereo se confía y la deja pasar, pensando que se iba. Pero apareció Acosta y la metió al medio para que Gigliotti solo tenga que empujarla.

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No lo supo cerrar: si bien Boca no se lució ni generó muchas situaciones de peligro como para que sea una goleada, fue superior a su rival y dominó las acciones del juego. El no haber podido ser tan profundo como para tener mas chances de meter un segundo tanto, y haber fallado las que se dieron, explica este empate.

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El 1 a 1: Llega la pelota desde el sector izquierdo (tibia marca) y el rebote en un delantero de Argentinos favorece a Pisculichi, quien aprovecha la sorpresa de la defensa de Boca y remata desde lejos. Al ángulo, golazo.

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Los cambios de Bianchi: cuestionados y polémicos. ¿Tuvieron incidencia en el empate? El reemplazo de Diego Rivero a Acosta fue motivo de críticas hacia el DT, quien explicó que buscó “tener más la pelota”. Luego ingresó Claudio Riaño por Erbes, y antes Hernán Grana suplantó al lesionado Marín. Si bien puede entenderse que “tiró atrás” al equipo, analizar el encuentro en base a una jugada aislada puede ser algo tendencioso.

Para trabajar: saber aprovechar las oportunidades implica cerrar el partido, si es que se puede.