Tras la presentación de Boca en la gira, queda la sensación de que el equipo va por buen camino aunque todavía falta mucho por mejorar y poco tiempo de trabajo.
Se fue el primer partido del equipo de Julio César Falcioni en esta pretemporada y el equipo volvió a decepcionar en el resultado, una derrota 3 a 1 frente a un equipo que peleó por salvarse del descenso en la temporada pasada no suena algo lógico en un equipo que sueña con ser campeón. Sin embargo hubo buenos momentos en el ataque, un delantero que llegó y ya convirtió y un planteo que hasta que el árbitro cobró aquel penal inexistente funcionó bastante bien.
Un arranque que ilusionó: De la mano de un Juan Román Riquelme con muchas ganas de que éste sea su semestre, el equipo controló el partido en los primeros minutos y fue un poco más que su rival. Se vieron buenas apariciones como la de Erviti, quien ayer participó mucho más de lo que lo había hecho en el Clausura, o la de Schiavi que le aportó tranquilidad a una zona que últimamente sufre mucho de los nervios.
El gol de Cvitanich: Fue otro de los puntos altos de los que se llevará el entrenador pensando en el equipo para el Apertura, el delantero cabeceó bárbaro el centro de Roncaglia y mostró toda su capacidad. El gol le daba un gran triunfo a un equipo que estaba haciendo un aceptable partido. Viatri a partir del tanto se potenció y tuvo buenos movimientos como pivote bajando pelotas para sus compañeros.
El empate y otra vez lo mismo: Con el empate el equipo se cayó anímicamente, un árbitro que cobra cualquier cosa, el 1 a 1 y el rival se despertó. Es que era su Copa en su país y en su cancha y Boca se la estaba llevando. De la mano de un gran Daniel Osvaldo el Espanyol se paró de contra y agarró siempre mal parado a la defensa boquense. El segundo gol agarró a la defensa paradita en línea y sin reacción, Schiavi sólo fue a marcar y el resto se quedó pidiendo el offside, así se hace difícil.
El final fue todo de Espanyol: Con el 2 a 1 Boca se resignó, los cambios no tuvieron influencia para ordenar a un equipo desordenado, que hizo recordar lo que fue el Xeneize en el último torneo, flojísimo. El rival se agrandó y tuvo la fiesta completa.
En resumen el equipo tuvo buenos momentos en la ofensiva, con un buen partido de los 4 de adelante Erviti, Riquelme, Cvitanich y Viatri. Pero atrás volvió a no dar garantías y cuando el partido más los exigió se hizo agua por completo. Aún queda mucho por trabajar si se quiere pelear el campeonato que viene.