El entrenador cambió el esquema en el último duelo y el campeón, mejoró. Contra Sarmiento, podría repetir.
Miguel Ángel Russo se encuentra diagramando el equipo para lo que será la tercera fecha de la Copa de la Liga Profesional vs. Sarmiento de Junín. Con un empate y una victoria, Boca comienza a acomodarse y busca pisar fuerte en un nuevo torneo doméstico para seguir con la supremacía que logró en los últimos años. Y para esto, el DT deberá tomar algunas decisiones que pasan tanto por los nombres como por el esquema, buscando el mejor rendimiento.
La realidad es que el ya conocido 4-2-3-1, tras la salida abrupta de Pol Fernández, no logró volver a brillar salvo vs. Racing en la vuelta de Copa Libertadores, con el Pulpo González como volante ofensivo. Su lesión trajo más problemas para el armado y el once titular post pandemia nunca terminó de funcionar como se esperaba. Por esa razón, el entrenador decidió cambiar. A veces obligado y otras, por observar fallas.
La mitad de la defensa se desarmó en este inicio de temporada: ni Jara ni Buffarini logran rendir, por lo que optó por preparar a Nico Capaldo para el puesto y Zambrano se quedó con el lugar de Licha López -tuvo muchas fallas vs. GELP pero levantó ante Newell’s- para acompañar a Cali Izquierdoz (el más firme y casi indiscutido de la primera línea). Por el lado izquierdo, Fabra se mantiene y mientras mejore sus formas, seguirá en el equipo.
El mediocampo también es una verdadera incógnita. Con Capaldo algo retrasado en la cancha, Campuzano parece ser el indicado para quedarse con el puesto de volante central mientras vuelve a ganar ritmo tras la lesión. Y acá se abre la gran incógnita: ¿jugar con dos volantes -como hasta ahora- o incluir uno más para generar superioridad numérica en, tal vez, la zona más importante del campo?
Con Medina, Campuzano y Cardona, no quedan dudas de que el equipo parece mucho más equilibrado. El 5 colombiano se queda más cerca de la defensa, Edwin comanda los ataques siendo el dueño de la pelota (utilizando mucho a Fabra por izquierda) y el juvenil -de gran partido en Rosario- rompe líneas por adentro. Adelante, con la explosión de Salvio y Villa a los costados, el centrodelantero fue Zárate -y luego Soldano-. El 9, tampoco es una fija.
Si bien en varios tramos del partido hubo poca movilidad y falta de ideas, incluso el campeón se volvió algo previsible, tuvo detalles interesantes que resaltan el 4-3-3 utilizado. Por supuesto, con esta idea, el interrogante pasa a ser la posición de Carlos Tevez. ¿Usarlo de centrodelantero con los extremos por las bandas? ¿Sacar a uno de los rápidos y que el capitán se posicione de enganche en un 4-3-1-2 para juntarse con Cardona y generar juego? ¿Dejarlo afuera?
No hay dudas que Miguel debe tomar decisiones y optar por lo mejor para Boca de cara a lo que viene. El equipo tiene que mejorar y demostró que, con Cardona a la cabeza, puede generar cosas más que interesantes. El colombiano no debe salir y parece sentirse algo más cómodo sin tener que retroceder tanto en la marca, con un mediocampo más armado y compacto. El DT, con la última palabra.
Repasá lo mejor del partido en Rosario: